“La Iglesia Católica esta afrontando una crisis. Una nueva generación de católicos esta cuestionando la jerarquía de la Iglesia y su respuesta al mundo que cambia y a los problemas que emergen, como el abuso sexual y de poder”, así se presenta en su web ‘Voices of faith’ (Voces de Fe), una iniciativa que invita a mujeres de todo el mundo a romper el silencio para exigir la plena igualdad. La entidad tiene su sede en Roma, aunque su principal soporte es una fundación benéfica católica de Liechtenstein de la que procede la presidenta de la institución, Chantal Götz.
Para ello han organizado en la mañana de hoy, 3 de octubre, un evento en la Biblioteca Vallicelliana de la plaza della Chiesa Nuova de Roma –en la vía principal que conecta el Vaticano con el centro de la ciudad–. A las puertas del sínodo sobre la Amazonia, denuncian que “las religiosas que superan en número a los hermanos casi 10 a 1 en todo el mundo y cuyas superiores femeninas tienen el mismo estatus canónico que los hermanos superiores” pero estas “no tienen derecho a votar en estos sínodos”. “Esto debe cambiar si queremos ver la igualdad en el liderazgo de nuestra Iglesia”, reclaman.
Acabar con el silencio
En la iniciativa, bautizada como “#votesforcatholicwomen” (votos para las mujeres católicas), diferentes religiosas –como la benedictina catalana Teresa Forcades– o el presidente de la Conferencia Episcopal de Suiza, Felix Gmür –único varón entre los 12 ponentes–, compartirán sus experiencias y sus reflexiones al respecto. Detrás de esta propuesta está Voices of Faith, una de las asociaciones feministas más activas dentro de la Iglesia católica.
La entidad recoge una de las reivindicaciones que la Unión de Superioras Generales (UISG) ya presentó durante el último Sínodo, dedicado a la pastoral juvenil. Y es que en los debates sinodales no solo votan los obispos que constituyen formalmente la asamblea sinodal, sino que los religiosos varones ya lo pueden hacer.
Aunque este debate viene de lejos, aún no hay respuesta formal desde la trastienda del sínodo. Mientras esta no es la única batalla de la asociación, su objetivo principal es que para el 2030, el 30% de los puestos mundiales de liderazgo en la Iglesia católica estén disponibles y ocupados por mujeres.
