“En tiempos delicados y difíciles, la fe es más necesaria que nunca”, ha dicho Francisco a las convocadas al XI Capítulo General de la Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo. Tras agradecer las palabras de la superiora general, el Papa hizo referencia, en primer lugar, al tema elegido para el encuentro: ‘Levantaos y salid’. “La historia de la salvación, tanto del individuo como del pueblo, está enraizada en la disponibilidad a partir, a dejar, a ponerse en camino, no por iniciativa propia, sino como respuesta a la llamada y confiando en la promesa”, ha recordado.
Una “experiencia de Gracia” que requiere de esa fe, sobre todo, en momentos en los que hay que reflexionar acerca del “invierno por el que pasa la vida consagrada”. Una expresión utilizada por muchos para definir la situación actual de las vocaciones, y que el Papa ha afirmado que “tal vez sea así, porque las vocaciones son escasas, la edad media avanza y la fidelidad a los compromisos de la profesión no siempre es la que debería ser”.
Sin embargo, Francisco ha subrayado que “el gran desafío es atravesar el invierno para volver a florecer y dar fruto”, porque “la frialdad de la sociedad, a veces incluso dentro de la Iglesia y de la misma vida consagrada, nos impulsa a ir a las raíces, a vivir las raíces”. Y el invierno “no es un tiempo estéril y de muerte”, sino un “tiempo propicio que permite volver a lo esencial”. Por eso, el Papa ha exhortado a las paulinas a “redescubrir los elementos de la profecía paulina, redescubrir el carácter apostólico y misionero itinerante que no puede faltar en una Hija de San Pablo, a fin de poder vivir en las periferias del pensamiento y en las periferias existenciales”.
El poder de la compasión
Del mismo modo, el Papa recalcó que las presentes llevan “en su ADN la audacia misionera”, algo que nunca deben “permitir que disminuya. Por eso, para Francisco, este es el momento propicio para plantearse de qué manera expresar la “profecía paulina en respuesta a las llamadas que nos llegan en nuestro tiempo”.
Además, señaló que deseaba subrayar la palabra “compasión”, una palabra “tan evangélica que el Evangelio dice a menudo de Jesús que se compadece de alguien”. Por eso, se trata de “ser misioneras dando testimonio de una vida centrada en Cristo, especialmente para ellas, a través de la producción editorial, digital y multimedia, y promoviendo la formación crítica en el uso de los medios de comunicación y en la animación bíblica”.