Los 88 años no le hacen justicia. La fuerza con la que aprieta sus puños cada vez que habla de la necesidad de defender la dignidad de los últimos es más propia de los jóvenes que estos días se manifiestan contra el cambio climático que de un veterano sacerdote. Con un sereno ímpetu, el teólogo argentino Juan Carlos Scannone se adentra en la Fundación Pablo VI, en Madrid, para participar en el coloquio ‘Sociedad Civil y Bien Común. Hacia una nueva articulación del mercado, el Estado y la sociedad civil’.
PREGUNTA.- ¿Se ha corrompido el concepto de bien común?
RESPUESTA.- En algunos espacios, sí. Pero, en esos casos ya no podemos denominarlo propiamente bien común, sino bienes particulares disfrazados del bien común. Hay que volver a la verdadera razón del bien común: de cada uno y de todos. Esto implica tener en cuenta a los más perseguidos, tanto nuestra Casa común como los pobres, los marginados, los refugiados, los que no tienen para sobrevivir en cada sociedad.
P.- ¿Qué lugar tiene que ocupar la Iglesia en esta encrucijada? ¿Mediadora, observadora, voz de denuncia…?
R.- La Iglesia intenta, al menos en nuestro caso, tender puentes para acabar con esa brecha. En las recientes elecciones primarias argentinas, los dos contendientes con más fuerza –el kirchnerismo y Macri– trataron de polarizar su discurso, porque polarizándose, todas las terceras posiciones perdían. La Iglesia ha sido en este caso la voz de denuncia. No hay que absolutizar la posición de unos ni demonizar la del contrario.
P.- La Doctrina Social de la Iglesia y, en general, el Evangelio, ¿son antisistema?
R.- No, depende del sistema que de hecho se practique. Si hablamos de un sistema como el actual, que se rige por una economía que mata, como subraya el Papa, sí se opone. Tampoco podemos estar del lado del nacionalismo exacerbado de Trump, que tampoco mira por el bien común, sino por los bienes particulares de quienes ya tienen las riquezas y buscan consolidarla con muros.
P.- Pero esta defensa del bien común, tanto a usted como al Papa, ha hecho que les tachen de comunistas.
R.- El bien común no es comunismo, es Evangelio.