“Para dar vida a una ecología y a una economía integrales es necesario poner fin a la corrupción, a la explotación y a la indiferencia global y poner regularmente en discusión nuestras acciones sobre la base de las repercusiones que tienen en la naturaleza y en los pueblos del mundo”. Es el mensaje que dejó en la tarde de este lunes en el Aula del Sínodo el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y miembro del Consejo de cardenales.
Durante su intervención en el primer día de debates del Sínodo sobre la Amazonía, el arzobispo de Múnich remarcó la “particular responsabilidad” de los grandes países industrializados para luchar contra la emergencia climática: deben “guiar” el cambio ecológico hacia “modelos de consumo y de producción sostenibles” y “ayudar” a los países del Sur a “adaptarse” a las consecuencias del calentamiento global.
Marx consideró que la destrucción de la Amazonía entra en conflicto con “la idea cristiana de la responsabilidad frente a la Creación” y advirtió de la culpa que tienen los países industrializados en la deforestación de esta región debido a “la globalización del comercio”. También destacó que el clima es “un bien colectivo global” y que es “nuestra tarea protegerlo para las generaciones futuras, tanto en la Amazonía como en el resto del mundo”. Para ello consideró necesario “abandonar rápidamente las fuentes fósiles de energía y adoptar un cambio ecológico”.
Antes de su intervención en el Sínodo, el purpurado alemán mantuvo un encuentro con los medios en el que consideró que esta asamblea puede ofrecer una contribución “a la supervivencia del mundo y de los seres humanos”. Al ser preguntado por la posible ordenación sacerdotal en zonas remotas de ‘viri probati’, hombres casados maduros con una trayectoria cristiana reconocida por sus comunidades, Marx respondió que el debate sobre esta cuestión debe realizarse “de manera adecuada y teniendo en cuenta el derecho de los fieles a participar en la Eucaristía”. En su opinión, se trata de un tema que “no es sencillo” porque afecta también “a otras partes del mundo”, por lo que pidió ser “muy prudente” a la hora de abordarlo.
El presidente del Episcopado alemán hizo referencia a las críticas internas que ha recibido el Papa a cuenta del Sínodo. No negó que existan “diferentes opiniones” y se mostró de acuerdo con que se manifiesten, aunque siempre “escuchando primero a los otros”. “Claro que habrá debates, pero es difícil decirle a alguien con un pensamiento teológico diverso que es herético. Las críticas están permitidas. Está bien decir que no se está de acuerdo con algo, es algo normal en teología, pero hablar de herejía…”.