La ecología no es una moda para la Iglesia. Y mucho menos ‘postureo’. La Secretaria General del Sínodo de los Obispos se ha tomado muy en serio la encíclica ‘Laudato si” para la organización de esta Asamblea especial para la Región Panamazónica. La ecología integral es hoy un hecho tanto de puertas para adentro como para fuera del aula sinodal. Por ello, este Sínodo será de impacto cero.
Se han implementado medidas para favorecer la sostenibilidad ambiental “con el propósito de evitar la contaminación y salvaguardar la Casa común”, como ha advertido el cardenal secretario general del Sínodo, Lorenzo Baldisseri, durante su intervención en la apertura del evento eclesial.
“Sobre la base de los cálculos realizados, pretendemos compensar las emisiones de 572,809 kg de CO2 (438,373 kg por viajes aéreos y 134,435 kg por otras actividades) generadas por el consumo de energía, agua, preparación, movilidad de los participantes o mediante producción de residuos y materiales promocionales, con la compra de licencias forestales para la reforestación de un área de 50 hectáreas de bosque en la cuenca del Amazonas. “Con esta iniciativa nos gustaría no solo ser coherentes con la conversión ecológica, sino también proponer un gesto concreto”, ha puntualizado Baldisseri.
En primer lugar, la inscripción de los participantes ha sido en esta ocasión online, evitando malgastar papel. Pero más allá de algo que parece lógico, en esta ocasión, entre los materiales utilizados durante el Sínodo no habrá plásticos y el material de vidrio es biodegradable. Asimismo, la bolsa que se ha entregado a cada participante es de fibra natural, al igual que los bolígrafos, que también son biodegradables.