Como muchas veces se dice, la realidad supera frecuentemente a la ficción… Y ha vuelto a suceder. En 1959 se estrenaba en los cines españoles la película ‘El Niño de las Monjas’. Dirigida por Ignacio F. Iquino, el film relata la historia de un niño recién nacido que, tras ser abandonado por su madre en un convento, es criado por las monjas. Con el paso del tiempo, el chico crece y se hace torero, adoptando el nombre artístico de ‘El Niño de las Monjas’… Pues sí, aunque a algunos les parezca sorprendente en la España de 2019, ha vuelto a suceder. En realidad, al fin la historia se ha encarnado en la realidad.
Nuestro protagonista es el valenciano Jordi Pérez, quien, a sus 19 años, acaba de debutar como novillero con picadores. Para llegar hasta aquí, ha tenido un soporte esencial en el Hogar de San José de la Montaña, la comunidad de la Orden de la Madre de los Desamparados en la capital del Turia. Y es que, como ha reconocido él mismo, las monjas le han criado en buena parte a a su hermano y a él, conociéndolas en un tiempo de vagar vital ciertamente errático. De hecho, continúa viviendo con ellas.
Con las hermanas, además de una educación en valores que Jordi no deja de agradecer cada vez que puede, ha aprendido a latir apasionado al ritmo del compás del capote deslizándose sobre unos pitones en el albero. Grandes aficionadas a la tauromaquia, la afición le viene directamente de las monjas. Y, con el tiempo, la afición trocó en vocación, dando con el chico vestido de luces.
Unos trajes, por cierto, que las consagradas cosen en el convento cada vez que estos sufren algún desperfecto por el roce con las astas. Y que le ven lucir en cada festejo, pues le acompañan por todas las plazas en las que ‘El Niño de las Monjas’ se presenta.
El tiempo dirá si aquí hay o no figura del torero… Pero, por lo pronto, ya nos hemos topado con un pequeño milagro: cincuenta años después, una película alumbra su propia vida.
Y otro guiño del destino… Como relata El Cierre Digital, Juan Carlos Vera, el director de la Escuela de Tauromaquia de Valencia, donde Jordi se ha formado, es sobrino de Enrique Vera, el torero que, en 1959, protagonizó la película ‘El Niño de las Monjas’.