El debate sobre cómo afrontar la falta de sacerdotes en la Amazonía ha sido, desde que se publicó el ‘Instrumentum laboris’ del mismo –en el que se planteaba la posibilidad de ordenar a hombres maduros y casados– uno de los puntos que más expectación ha creado. Sin embargo, la voz de las mujeres resuena con especial fuerza en este Sínodo, y hoy se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de ordenar diaconisas en la Amazonía.
Esta propuesta, hecha por algunos padres sinodales, ha tenido lugar durante sus intervenciones, ya que, por el momento, “no hay debate, no se ha desarrollado un discurso compartido”, tal como aclaró en rueda de prensa el secretario de la Comisión para la Información, Giacomo Costa. Sin embargo, si que existe una clara orientación a promover no solo esta ordenación diaconal de las mujeres, sino, sobre todo, por apostar por las vocaciones indígenas para “mejorar la evangelización” en las zonas más remotas de la región, donde el acceso es complicado.
Durante la última sesión del Sínodo, al que asisten más 180 obispos de todo el mundo, la reflexión se ha centrado, además en la creación de ministerios en tres niveles: una formación generalizada a nivel parroquial, con lectura y meditación de la Palabra de Dios; una formación intensiva dirigida a agentes pastorales; y una tercera formación teológica para los candidatos a ministerios de ordenación, así como para hombres y mujeres que deseen participar como laicos.
Por otra parte, entre los temas tratados han destacado, además, tal como ha señalado el prefecto para el Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, la importancia de los jóvenes y el tema de las migraciones. “Una de las preguntas más recurrentes entre los padres sinodales es cómo hacer llegar a Jesús en la eucaristía a los fieles considerados de segunda clase, que están en comunidades sin guía espiritual sin poder recibir la eucaristía”, ha explicado Ruffini.
Asimismo, han puesto en evidencia que “la destrucción de la naturaleza contradice la fe cristiana” y que “todos los países están llamados a asumir sus responsabilidades”. Durante la rueda de prensa, Pedro Barreto, cardenal arzobispo de Huancayo (Perú), ha subrayado que el Sínodo es una prueba de que la “Iglesia hoy continúa con la tradición de anunciar el Evangelio de Jesús respetando la dignidad humana”. Sin embargo, ha admitido que en la evangelización de la Amazonía “ha habido luces y sombras”, ya que “el anuncio del Evangelio no se puede imponer, es una invitación muy especial”.
De la misma manera, Barreto ha invitado a los presentes a reconocer “la sabiduría ancestral de los pueblos amazónicos de todo el mundo”. Unos pueblos que le han “enseñado desde la gran universidad de la vida el encuentro con los hermanos y con este Dios creador. A través de ellos me he evangelizado y me sigo evangelizando”. En este sentido, ha señalado que los indígenas viven “la espiritualidad” de un Dios creador y adoptan el espíritu de San Francisco de Asís, que vivió “de manera pobre, sencilla y humilde” y “alabó a la Madre Tierra”.