Entrevistas

Laudato si’ y el Sínodo de la Amazonía, dos iniciativas de Francisco que laten con el mismo espíritu





En los primero compases del sínodo especial sobre la región amazónica, PPC propone hacer una lectura de la encíclica Laudato Si’ con las claves de esta asamblea del episcopado de todo el mundo con el papa Francisco. José Ortiz Jiménez, José Moreno Losada y Trinidad Ruiz Téllez han preparado una formidable guía de lectura con el texto íntegro de la encíclica de Francisco y una serie de propuestas de trabajo a la luz del Sínodo Panamazónico para favorecer la formación y la acción, tanto personal como comunitaria.

Uno de sus autores, José Moreno Losada, que ha participado en Roma en la inauguración del sínodo, presenta a Vida Nueva las características de esta propuesta de lectura sobre la carta magna del cuidado la casa común.

Redescubrir la fuerza del cambio

PREGUNTA- Al inicio del sínodo sobre la Amazonia, ¿por qué podríamos volver a Laudato Si’?

RESPUESTA- No se trata de volver sino de seguir en ella y poder profundizar, aterrizar y concretarla. La encíclica es de 2015,  pero está costando que entre en los poros de los cristianos y sus comunidades, ha sido el documento que más ha tardado en publicarse con este formato de claves y propuestas en esta colección, para avanzar desde ella. Pero hay un empeño grande del Papa y de otros muchos que van dando pasos y viviendo en un compromiso real a favor del grito de la humanidad y del mundo.

En este sentido el Sínodo es concreción y desarrollo de la Laudato si, como esta lo fue de la Gaudium et spes, ligada a su vez con la Evangelii Gaudium, y se abre  radicalmente a la Episcopalis communio. Se trata de una conversión pastoral, ecológica y sinodal de toda la Iglesia para ser evangelio en medio del mundo, en este caso evangelio de la creación. Creación que se hizo desde la nada por amor y que hoy quiere mirar a la Amazonia, con esa clave de amor a la pobreza que nos enriquece.

En la Amazonia hay razones y modos de vivir que nosotros necesitamos para saludarnos en esperanza y en vida de calidad, para renovar nuestra esperanza. La Amazonia es un termómetro especial de lo que está pasando en el mundo, del evangelio de la creación que necesitamos, de modelos de vida alternativos, de revolución de una economía de comunión…poner en el centro del mundo la amazonia es gritar desde “Nazaret” la buena noticia del evangelio de Jesús.

Tocando la vida directa

P.- ¿Qué nos ofrece su guía de lectura al respecto?

R.- Nuestra guía ofrece cosas muy sencillas. El equipo es laical, profesionales cristianos, botánica y trabajador social, empeñados en la equidad y comprometidos con la ecología integral; junto a ellos yo, sacerdote de a pie en la parroquia y en la universidad, con mi deseo de aprender desde el camino de la vida. Nuestra lectura intenta ayudar a entrar en el mensaje profundo y estructurado de una encíclica que realmente toca el corazón de lo creado para que se convierta a la vida y a la luz.

Lo hemos hecho queriendo tocar la vida directa, con cuestiones que son cercanas, diarias, propias de cada uno de nosotros en nuestra sociedad, en nuestro mundo. Y además oyendo desde la palabra, lecturas creyentes de personas de acá y allá, de la política, campesinos, cardenales, profesores, madres… y así como oraciones vivas, también muy plurales, que nos trasladan la experiencia de Dios que provoca la apertura a la realidad, con la espiritualidad del cuidado y la ternura, de la justicia y la dignidad de todo lo humano, de lo que le rodea y le da vida. Se ofrecen recursos propios para poder trabajar de muchos modos en las distintas edades, de jóvenes a mayores, de personas muy sencillas a profesionales cualificados…

Ecología y evangelio

P.- Hay quien critica que la conciencia ecológica no es propiamente una preocupación evangélica. ¿Cómo convencerles de lo contrario?

R.- Ecología y evangelio tienen lo mismo que ver que la fe y la vida. La fe es el evangelio. La ecología es la vida. Sobre cómo la fe es el evangelio se ha pensado y escrito mucho en la Iglesia desde siempre. Sobre cómo la ecología es la vida se ha escrito muchísimo menos, no ya en la Iglesia, sino en la misma sociedad civil. En los últimos tiempos se están divulgando mucho conceptos y debates que hasta hace poco sólo existían entre algunos especialistas del mundo académico y científico. Pero la ecología en el sentido más completo del término abarca estudiar también la acción humana sobre el lugar donde se dasarrolla la vida. La ecología es la ciencia de las relaciones bióticas, de los seres vivos. Lo nuevo no es que el evangelio tenga algo que ver con la ecología. Lo nuevo es que la ecología tiene que mucho que ver con la economía. Nadie duda que el evangelio tenga que ver con la economía. Pues ahí está la clave. En las primeras páginas del libro se explica mejor. Hay que leerlo.

Lo que no es evangélico es no tener conciencia ecológica, estamos hablando de la ecología integral, es algo que los creyentes aportamos al mundo, como un tesoro que anuncia la salvación prometida y esperada, que nos llama también al compromiso por ese mundo que esperamos, grandes santos y místicos nos han mostrado la trascendencia de lo creado en la relación amorosa con el absoluto y su amor eterno. No hay otro modo de esperar la plenitud que adentrándonos con la fuerza del espíritu en el compromiso por la transformación de la realidad, ahora es el momento de la radicalidad en el amor por la creación, la encarnación, la muerte y la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. No se trata de una estrategia sino de una fidelidad a lo divino, fuera del mundo no hay salvación, el absoluto se nos ha manifestado en Jesús de Nazaret, toda criatura ha sido tocada por Dios y nada existe fuera de su amor. La alternativa sigue siendo viva y real: “Dios o el dinero”, “El ser humano, la naturaleza, la vida o el dinero…”

Al servicio de lo más humano

P.- ¿Qué espera de esta lectura creyente que proponen de la encíclica?

R.- Que ayude a entrar de verdad en lo que propone, y que llegue a todos, a cada uno en su edad, situación, conciencia, vocación, profesión, ciudadanía… y que juntos descubramos lo que le está pasando a nuestro mundo, a nosotros mismos, a los demás, a la naturaleza. Que ante la realidad sepamos escuchar la Palabra de Dios que viene a salvar y buscar lo que está perdido, a generar esperanzas. Poder actuar con líneas de acción como ciudadanos y como cristianos, desde lo personal, lo comunitario, y desde ahí concienciar e interpelar social y políticamente en este momento, para lograr una ciudadanía, una política y un modo de vivir que sea más humano, digno y felicitante para todos.

Esperamos que sea realmente útil al servicio de lo más humano e integral, para el cuidado y el amor desde lo sencillo y lo diario. No hay duda de que se puede vivir más con menos, y que podemos decrecer para crecer, otro mundo es posible. Ojalá sea un instrumento que ayude a desmenuzar, acercar e interiorizar el mensaje central de esta llamada a la conversión. Nos encantaría que lo trabajara todo tipo de persona de dentro y de fuera, y si fuera compartiendo ecuménicamente e interreligiosamente, mejor que mejor, así como con los que están en búsqueda y son inquietos. Los ecos de los que van conociendo el trabajo nos está animando, a ver si somos capaces de que otros muchos puedan llegar a valorarlo y evaluarlo.

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