Religiosos ecuatorianos piden al gobierno abrir “caminos serios de escucha” a quienes justamente reclaman sus derechos

  • Continúa la crisis política tras la eliminación de subsidios y el recorte del gasto público por parte del gobierno de Lenín Moreno, lo que ha desatado diversas protestas en todo el país
  • Han llamado a todos los sectores, especialmente al gobierno, a un diálogo verdadero y efectivo como “la única vía posible de solución permanente”

Religiosos ecuatorianos piden al gobierno abrir “caminos serios de escucha” a quienes

La crisis en Ecuador continúa. La eliminación de subsidios y el recorte del gasto público por parte del gobierno de Lenín Moreno han desatado diversas protestas que hasta la fecha continúan, lideradas principalmente por indígenas, campesinos y estudiantes. Incluso el presidente tuvo que trasladar provisionalmente la sede del gobierno de Quito a la porteña ciudad de Guayaquil al occidente del país.

Frente a la situación de incertidumbre que está viviendo el país suramericano, la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos ha expresado su rechazo a todo tipo de violencia, vandalismo, represión o manipulación, en cualquiera de sus formas, venga de donde venga.

Por un diálogo verdadero

Por tanto han llamado a todos los sectores, especialmente al gobierno, a un diálogo verdadero y efectivo como “la única vía posible de solución permanente”, que no esté contaminado de engaños o descalificaciones. También han pedido a las autoridades detener las agresiones brutales contra manifestantes.

Al mismo tiempo se solidarizan con el pueblo “en aquellas demandas que justamente reclamen sus derechos y busquen soluciones basadas en la justicia y el respeto a la dignidad de las personas, especialmente de los más pobres y vulnerables”.

Manos a las obras

“Esperamos del gobierno la capacidad de abrir caminos serios de escucha a los más pobres y entender que las medidas económicas afectan significativamente a los que menos tienen”, han dicho en referencia a la fuerte represión de parte de las fuerzas públicas que ha venido emparejada con una declaratoria de estado de excepción por 60 días para “evitar el caos”.

“Estamos convencidos que los disturbios y saqueos de estos días denotan un deterioro preocupante del tejido social, que se ha venido gestando desde hace largo tiempo y exige respuestas inmediatas y concretas de parte de todos los sectores de la sociedad”, añaden.

Finalmente – más allá de los intereses propios – para los religiosos ecuatorianos es urgente “ponernos manos a la obra para enfrentar las causas profundas y dar pasos eficaces para la construcción del Ecuador fraterno que todos anhelamos, valorando la diversidad de pueblos, culturas y nacionalidades que lo conforman”.

Foto: Mendoza Post

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