Según denuncia Cáritas Española en su Memoria de 2018, presentada en Madrid este jueves 10 de octubre, “la exclusión social se ha enquistado en la estructura social de nuestro país”. Una lacra que afectaría a “8,5 millones de personas; es decir, el 18,4% de la población. Son 1,2 de millones de personas más que en el año 2007”.
Y es que, como comprueba de primera mano la red eclesial, afloran hoy “unos niveles de exclusión muy superiores a los que existían antes de la crisis económica. Y, aunque en los últimos cinco años, se han recuperado los niveles de integración social y han mejorado las condiciones de vida de los que se encontraban bien o regular tirando a bien, esta mejoría no ha alcanzado a muchas de las familias que peor se encontraban, ni esta recuperación se ha producido con la intensidad adecuada para mejorar sustancialmente sus condiciones de vida”.
“Estas personas –se lamentan desde Cáritas– encarnan lo que nosotros denominamos la sociedad estancada; un grupo de personas para las que el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir siquiera a la primera planta”. Algo que padecen cerca de un 20% de los ciudadanos, pero que se percibe con mucha más crudeza “en el extremo de la exclusión más severa”, donde “malviven 1,8 millones de personas”. En definitiva, un 3,8% (200.000 más que en 2017, cuando el índice se situaba en el 3,4%) de la ciudadanía que en España conformaría “la sociedad expulsada”.
Falta de políticas públicas eficaces
Todos estos cientos de miles de personas tienen que afrontar en su día a día un muro imposible de franquear y que refleja una severa precariedad en diferentes formas: “La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema, la falta de políticas públicas eficaces y la invisibilidad para los partidos políticos”.
Frente a ello, Cáritas Española no deja de luchar con todas sus fuerzas, invirtiendo en 2018 353.010.009 euros; una cifra prácticamente idéntica a la de 2017. También es significativo que, de cada 100 euros empleados en esta acción, 73,1 proceden de aportaciones privadas y 26,9 de los fondos públicos. De estos últimos, 7.814.509 euros vienen de la Administración central (en 2017 eran 31.366.221) y 53.211.770 de la autonómica (por los 32.895.554 de 2017). Una diferencia ostensible que Cáritas Española no atribuye a nada intencionado, sino, simplemente, a la reforma en el reparto del IRPF.
Con este caudal material, económico y humano, la red eclesial pudo acompañar en 2018 en España a 1.522.329 personas (en 2017 fueron 1.523.727) y, a nivel mundial, a 1.164.928 (por las 1.565.098 del año anterior).
