Las organizaciones internacionales católicas de justicia social, agrupadas en CIDSE, al hilo de la asamblea sinodal sobre la región Panamazónica, han querido sumar sus voces a la hora de reclamar el cambio “urgente” que se necesita para revertir la dramática situación que afecta a la región americana y a los indígenas que la habitan.
En un encuentro con la prensa, Josianne Gauthier, secretaria general de CIDSE, ha señalado que “mientras escuchamos las voces de la Amazonía, podemos sentir la misma urgencia que estamos escuchando de los jóvenes para cambiar radicalmente nuestra forma de vida y salvar nuestro Hogar Común”.
Parte del problema, parte de la solución
“Como he escuchado estos días en el aula sinodal, nuestra fe necesita ser más fuerte que nuestro miedo al cambio. Al ser una parte tan grande del problema, nosotros, los del Norte, podemos realmente sentir que tenemos la responsabilidad de hablar y ejercer nuestra influencia allí donde podemos lograr un cambio tan radical”, añadió.
En sintonía con este análisis, Pirmin Spiegel, director general de la ONG católica alemana Misereor, ha denunciado que “el sufrimiento de la gente y la creación en la región amazónica son las consecuencias de una forma de vida imperial. La economía subcontrata repetidamente las consecuencias de su producción a otros. No solo a la Amazonía. Este modelo de desarrollo, sin embargo, altera el equilibrio de la tierra y consolida la desigualdad global. No tiene futuro y tenemos que replantearnos nuestro modo de vida y desarrollo”.