“La alimentación mundial está siendo uno de los mayores retos para la conservación medioambiental y el compromiso con el cuidado de la Creación en la línea señalada por el papa Francisco en Laudato si’”. Bajo esta premisa y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, Enlázate por la Justicia ha querido “poner el foco sobre los vínculos cada vez más estrechos que esta cuestión tiene con la protección de la biodiversidad y la defensa de las actividades agropecuarias de las pequeñas explotaciones familiares, que representan el 80% del total mundial”.
En esta jornada, las entidades que impulsan la campaña ‘Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza’ y que promueven la iniciativa Enlázate por la Justicia –Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)— han alertado de la “amenaza que supone para la sostenibilidad el uso intensivo que hacemos de los recursos naturales con fines productivos”, y han recordado que “cada vez que decidimos qué comer también elegimos cuidar o destruir nuestro planeta”.
Además, la organización ha publicado el documento ‘Alimentación. Cada vez que decides qué comer también eliges cuidar o destruir nuestro planeta’, en el cual se hace un repaso en profundidad de las distintas claves del problema global en el que se ha convertido la manera de acceder a los alimentos.
“Cabe señalar que el uso humano afecta directamente a más del 70% de la superficie terrestre libre de hielo y que las actividades agropecuarias, relacionadas principalmente con la producción de alimentos, ocupan el 49% del total de esta superficie”, han señalado, recurriendo a datos del informe ‘El cambio climático y la tierra’ publicado en agosto pasado por el Panel Internacional de científicos para el Cambio Climático, (IPCC por sus siglas en inglés).
Tras examinar el sistema productivo y de consumo en el que se hallan inmersos los países desarrollados, Enlázate por la Justicia constata que este sistema de alimentación “es ambientalmente insostenible, ya que el daño que produce a la tierra y a sus recursos es cada vez mayor e irreversible”, por lo que “urge un cambio radical en nuestro sistema alimentario”. Y es que, debido a la manera de producir y consumir alimentos, “existe junto una sobreabundancia de los mismos, hambre y malnutrición, que afecta especialmente a los más pobres”.
“Nuestros hábitos de consumo forman parte del sistema alimentario global y, por tanto, cada vez que decidimos qué comer, también elegimos cuidar o no nuestro planeta, cuidar o no a las personas más vulnerables”, subrayan. Por todo ello, “tenemos el compromiso de garantizar a las generaciones futuras una tierra fértil y en equilibrio, capaz de satisfacer, entre otras, sus necesidades alimentarias”, para lo que es necesario “transformar nuestro sistema global de alimentos”.
Por todo ello, la organización invita a analizar estos desafíos tanto desde el punto 4 del Decálogo Verde, lanzado dentro de la campaña ‘Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza’, donde se invita a apreciar la diversidad de nuestro mundo, como de la Laudato Si’: “El alimento que se desperdicia es como si se robara de la mesa del pobre”.
Además, propone participar en “una apuesta por una alimentación responsable y sostenible con gestos personales como, entre otros, comer más frutas y verduras, y menos carne y lácteos; desperdiciar menos alimentos; optar por productos de comercio justo y por una alimentación estacional y de proximidad; unirse a grupos de consumo; o fijarse en el origen de los alimentos que consumimos”.