Más de 500 catequistas se reunieron en un nuevo encuentro de Evangelización y Catequesis en Puerto San Julián (diócesis de Río Gallegos)
El año próximo, la Patagonia celebrará los 500 años de la primera misa en territorio nacional. En el marco de la celebración hacia este jubileo, se realizó un nuevo Encuentro Nacional de Evangelización y Catequesis (ENEC) los días 12, 13 y 14 de octubre, en Puerto San Julián. En esta ciudad, el 1º de abril de 1520, durante la expedición de Magallanes, el agustino Pedro de Valderrama celebró la primera eucaristía. Los catequistas fueron convocados por la Junta Nacional de Catequesis (JNC) y por el Instituto Superior de Catequesis (ISCA), mediante el siguiente lema: “Se acercó y sigue caminando entre nosotros”.
Además de los agentes de pastoral, estuvieron presentes varios obispos de la región: el titular de Río Gallegos, Jorge García Cuerva, y el anterior, Miguel Ángel D’Annibale; Roberto Álvarez y Alejandro Benna, auxiliares de Comodoro Rivadavia; y el obispo de Neuquén, Fernando Croxatto. En la misa inaugural, García Cuerva, invitó a renovar corazón y mente para ser testigos audaces de Jesús.
Como es habitual, los asistentes tuvieron la oportunidad de participar de conferencias y talleres, celebraciones y recreación. Los talleres propuestos giraron en torno a diversas temáticas: eucaristía, la misión como envío y anuncio para el encuentro, la catequesis en salida, la comunicación en la liturgia y sus herramientas para la catequesis, los influencers y los líderes, la cuestión de género, la casa común, entre otros.
Durante estos días, hubo signos fuertes de comunión. Los congresistas tuvieron la oportunidad de vivenciar la peregrinación hasta el lugar donde se levantó el altar de la primera celebración, y de participar de la “fiesta del abrazo”. También se dio el anuncio del año mariano, cuya celebración será el año próximo en la diócesis de Catamarca. Además de las celebraciones litúrgicas, se realizó la adoración al Santísimo.
Se presentó la Cruz de Matará, que está misionando a lo largo de la diócesis. Y en la misa de clausura se confirmaron 20 jóvenes. En una de las charlas, García Cuerva habló del desafío de encontrarnos con los “sobrantes y desechables”, y de la necesidad de la Iglesia de tener “una fuerte conmoción que le impida instalarse al margen de los sufrimientos de los pobres del continente”. Abogó, luego, para hacer “realidad el sueño de un país sin personas descartables”.