La Confederación Nacional de Escuelas Particulares (CNEP) ha tenido en los últimos años un papel protagónico en materia educativa, a raíz de que la Secretaría de Educación Pública abrió las puertas para que, a través del diálogo y la construcción de consensos, el organismo pueda expresar todas las preocupaciones e intereses de las escuelas particulares con la finalidad de mejorar sus condiciones y promover una mejor educación.
La CNEP fue fundada en 1940 tras integrarse tres federaciones: Ciudad de México, Guadalajara y Puebla, entonces bajo el liderazgo del sacerdote jesuita Joaquín Cordero. Tres años después se establecieron sus estatutos sociales.
Para celebrar sus 80 años de historia, el organismo se prepara con algunas actividades que en su conjunto van encaminadas a un proceso de renovación que básicamente responde a dos situaciones:
Por un lado –explica a Vida Nueva el vicepresidente de la CNEP, Mario Lugo Delgadillo– al hecho de que el papa Francisco “ha venido a traer una renovación en la Iglesia que nos hace preguntarnos cómo llevar el mensaje de Jesús de forma dinámica y creativa, y por otro, a la necesidad plasmada en el plan estratégico 2017-2020 de impulsar como prioridad a las federaciones que conforman la confederación”.
“Nos dimos cuenta que para fortalecer las afiliaciones de las federaciones que integran la confederación, había que hacer una estrategia de renovación que permita fortalecer nuestra identidad y nuestra pertenencia a la CNEP”, dice.
Para avanzar con firmeza
Entre las acciones clave de la CNEP en el marco de las celebraciones por sus ocho décadas, destaca la publicación, en marzo de 2019, de un documento titulado “Paradigma educativo”, que busca ayudar a entender cuál es el sello de la educación que la confederación invita a impulsar en cada una de las escuelas afiliadas.
Otra acción –continuó– tiene que ver con un “proceso de recuperación de la historia de la confederación a través del análisis y la investigación, pues es necesario saber qué fue lo que motivó el surgimiento de esta confederación, por qué es tan necesaria hoy en día y cuáles son los retos que tiene en este 80 aniversario”.
Y en su próximo congreso –a celebrarse del 24 al 26 de este mes en Guadalajara, Jalisco–, se insistirá en la invitación que se hizo durante su asamblea en septiembre pasado, a las 62 federaciones que pertenecen a la confederación a realizar un evento, ya sea cultural, deportivo, académico, social o religioso, el próximo 30 de noviembre.
“La última acción –apunta Lugo Delgadillo– tiene que ver propiamente con el proceso de renovación, para lo cual debemos preguntarnos qué se requiere hoy en día para atender las nuevas realidades, y a partir de ahí, ofrecer una respuesta cimentada en los valores cristianos y humanos”.
Cambio de imagen
Para el Vicepresidente de la CNEP, durante décadas la CNEP ha tenido que responder a los diferentes momentos de la historia de la educación en México, sin dejar de poner las bases que permitan mirar hacia futuro, y este 80 aniversario invita a la renovación de fondo del organismo, pero también en su imagen institucional.
En este sentido, como parte de esos cambios en la imagen institucional, se modificaron por ejemplo las letras del logotipo, que conjugará lo sobrio y lo moderno; “queríamos hacer algo que tuviera que ver con nuestro pasado, pero también con lo que proyectamos hacia el futuro”.
Detalló que los colores de esta nueva imagen representan la creatividad; “creemos que los retos que vive hoy la educación deben afrontarse con creatividad e innovación; los colores nos reflejan también la alegría y la esperanza que nos da la educación porque, como dice el papa Francisco, es necesario globalizar la esperanza en este mundo tan caótico que nos toca vivir; entonces no debemos perder de vista que lo que hacemos tiene un valor trascendental, y estos colores representan eso: la alegría de ser educadores y educadoras”.
La CNEP es una red de escuelas particulares con una visión cristiana, humana y humanista, la cual integra a unas tres mil 500 escuelas; “somos una voz legítima para participar en estos debates y buscar condiciones que mejoren la educación. Lo que hacemos es ser canal de diálogo entre las escuelas y las autoridades para, juntos, construir e implementar un proyecto educativo para bien del país, que tanto lo requiere”.
La invitación –concluyó Lugo Delgadillo– es que sigan sumando más escuelas e instituciones “para que podamos juntos educar mejor por México, como dice nuestro lema”.
