“Soy hijo de la espiritualidad ignaciana”, así se presentó Mauricio López, en la Sala Stampa del Vaticano, el 18 de octubre, en la rueda de prensa en la que se refirió a los Ejercicios Espirituales para invitar a la contemplación de lo que se está viviendo en el Sínodo Panamazónico, cuando ya entra en su recta final.
El secretario ejecutivo de la REPAM reconoce la trascendencia de las jornadas que restan antes de que concluya la Asamblea el próximo 27 de octubre, y no es ajeno a la compleja tarea de discernir los ‘nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral’ en la región amazónica.
“El que sienta que se derrumbaron estructuras que no deberían haber cambiado, no entendió el Sínodo”, apuntó ante los periodistas, explicando que “se nos invita a pedir la mirada de Dios sobre la realidad concreta”, puesto que no es suficiente considerar “solamente mis ideas sobre la realidad, ni mis deseos sobre la realidad”. Es necesario abordar “la realidad tal como es”.
“Más allá de nuestras miradas particulares que son todas limitadas y reducidas”, continuó López, debemos “pedir la mirada que Dios tiene sobre la realidad”, y estar atentos a la manera “como Él decide encarnarse en las realidades de mayor pobreza, en los mártires”. “¡De este modo, Jesús nos invita a caminar!”, añadió.
En seguida, animó a los presentes a un original gesto: 30 segundos de contemplación, “en un silencio genuino”, para preguntarse “cuál es la mirada de Dios sobre esta realidad” y “cuál es el sueño que Dios tiene frente a esta realidad”.
La invitación es a mirar “rostros concretos”, añadió Mauricio López, para que –como ha dicho el papa Francisco– “la periferia ilumine el centro”. De este modo, subrayó, es fundamental “no perder el foco” del Sínodo que es, justamente, “la vida de estas personas y toda su realidad”.
En últimas, “se trata de conservar el llamado a las tres conversiones: pastoral, ecológica y sinodal”, concluyó el secretario ejecutivo de la REPAM.