América

Misioneros extraordinarios en lo ordinario: Jaime Palacio, ¡el Amazonas es mi misión!





“El aporte de la vida misionera a nuestra vida es fundamentalmente poder construir nuestro proyecto familiar desde un estilo de vida comunitario, entregado y austero como pilares fundamentales para la educación de nuestros hijos y para el desarrollo de nuestro proyecto personal y familiar”. Palabra de Jaime Palacio, misionero laico corazonista español que regala su testimonio en Lagunas, en el Vicariato apostólico de Yurimaguas (Perú).

Hasta aquel rincón exuberante de la Amazonía peruana llegó en 2006 con su mujer, Netis, y allí formaron una familia (Rut, Marina, Pelucho, Joaquín y Mónica, de entre 1 y 11 años) que, con su tez blanquísma, sus ojos claros y su pelo rubísimo es imposible que pase desapercibida entre una población formada por ribereños e indígenas. En la actualidad, Jaime es el representante en el Vicariato de la Red Educativa Misional Goretti Fe y Alegría 80 de Lagunas, en tanto que Netis coordina, junto con el hermano Guillermo Maylin, el Internado indígena de la red. De esta forma, Netis y Jaime, con su familia, integran, con los hermanos Guillermo y Juanjo, esta innovadora experiencia corazonista de seglares y religiosos compartiendo vida y misión.

Animar el Sínodo desde la Iglesia de base

Pero, además, y en lo que está especialmente volcado e ilusionado estos días Jaime, es en coordinar la campaña #Amazonízate de acompañamiento al Sínodo Panamazónico, que lleva a cabo un equipo formado por las principales instituciones vicariales que unen esfuerzos para animar el proceso sinodal desde la base de la Iglesia, y que estos días le ha llevado a Roma para tomar parte en el desarrollo de esta histórica asamblea sinodal.

Para Jaime, su opción por la misión que está llevando a cabo “trata de responder a la pregunta ‘¿a quién servir?’ que nos hicimos al casarnos y ofrecer a nuestros hijos la posibilidad de crecer en un entorno de entrega, sencillez y en una comunidad mixta de religiosos y seglares”.

Jaime, con cuatro de sus hijos

Desde que llegaron a Lagunas, el entorno natural, el contacto directo con una naturaleza que hablaba de la grandeza y amor de Dios para con sus criaturas, les convirtió en adelantados de esa conversión ecológica a la que exhorta también el Papa y que ha querido hacer explícita con este convocatoria sinodal.

La vocación desde ‘la otra selva’

Por ello, este misionero laico asegura que “el privilegio de estar pudiendo vivir el Sínodo desde aquí está siendo una auténtica conversión para toda la familia, cada uno a su nivel. Además, está siendo clave en un momento muy importante en el que nos toca abrir otra etapa en nuestro proyecto familiar por motivo de la educación de nuestros hijos y nos toca descubrir cómo seguir viviendo esta vocación desde ‘la otra selva’. En este momento, nuestra Comunidad Laica Corazonista a la que pertenecemos juega un papel esencial para poder encontrar desde dónde y cómo seguir respondiendo al envío como familia a ‘ir y dar fruto’, como pide el Evangelio”.

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