Cáritas denuncia que la brecha entre ricos y pobres en la Comunidad de Madrid es la más alta de España

  • El 75% de los sustentadores principales en los hogares en exclusión son de nacionalidad española
  • La entidad sostiene que la desigualdad se hereda y sitúa a la vivienda como el primer factor de exclusión

Cáritas Madrid presenta el Informe FOESSA

La desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre es en la Comunidad de Madrid la mayor de España. Y es que, mientras en los últimos 10 años la renta media de la población madrileña se ha incrementado en un 2%, los más pobres han visto mermada su renta un 30%, según el VIII Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social de la Comunidad, presentado hoy en la sede de Cáritas Madrid.

La Comunidad de Madrid tiene la tercera tasa de desigualdad más alta de España, después de Andalucía y Baleares. Así, la pobreza severa se ha incrementado en los últimos 5 años un 23%, afectando ya a 243.000 personas.

Luis Hernández, director diocesano de Cáritas Madrid, ha comentado que confía en que las administraciones “pongan medidas para paliar esta situación de desigualdad en la Comunidad”, ha indicado. En este sentido, la entidad apuesta por una reforma de la renta mínima.

Los niveles de integración social y los de exclusión social han mejorado en el conjunto de la población de la Comunidad de Madrid en los últimos 5 años. Se ha incrementado la sociedad integrada –aquellas personas que no tienen dificultades para su supervivencia, la que lleva una vida digna en términos materiales, pasando del 37% al 50%. Así, la exclusión social se ha reducido en un 25% entre 2013 y 2018.

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No obstante, no todos los datos son positivos, puesto que 1 millón de personas se encuentran en situación de exclusión social, lo que representa el 16,2% de la población. Además, del total de esas personas, casi la mitad sufren exclusión severa. “Acumulan tantos problemas en la vida diaria, que no tienen oportunidad de construir un proyecto vital mínimamente estructurado”, ha indicado Guillermo Fernández, coordinador del Informe.

Del mismo modo, Fernández ha recalcado que “la vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos son algunas de las barreras a las que se enfrentan”.

Asimismo, Cáritas mantiene que es especialmente preocupante la situación de 269.000 personas que se encuentran en  exclusión social extrema, “son personas cuya principal preocupación es sobrevivir en el día a día y a las que apenas llega ningún mecanismo de protección”, ha explicado la entidad eclesial.

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Dentro de la población en situación de integración social, el Informe pone su foco sobre un grupo de 900.000 personas en una situación muy precaria. Aun teniendo en estos momentos los recursos para poder subsistir, serán los primeros en incorporarse al espacio de la exclusión social si se intensifica la crisis. Es lo que Cáritas denomina “sociedad insegura”. “Son familias y personas que agotaron su colchón de resistencia durante la crisis y no han podido reconstruir sus mecanismos de seguridad”, han señalado.

El Informe sitúa también la vivienda como el principal factor de exclusión en la Comunidad, por delante del empleo y la salud. De hecho, 315.000 hogares se quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagados los gastos de la vivienda o tienen deudas relacionadas con el pago de la vivienda y los suministros.

En este sentido, Hernández ha pedido a las administraciones que ocupen las viviendas públicas vacías. “Necesitamos que se pongan más viviendas a disposición de las personas. No solo los excluidos, también de los jóvenes que no pueden independizarse”, ha remarcado.

En relación al empleo, Cáritas mantiene que, el desempleo, a pesar de su reducción progresiva, es una realidad persistente y ahora menos protegida. También se constata una importante precariedad en el empleo, manifestada en temporalidad, parcialidad e itinerarios cíclicos que alternan períodos cortos de empleo con otros de desempleo, generando trabajadores pobres y excluidos, y limitando las posibilidades de integración de muchos colectivos.

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Por otro lado, la salud es un factor de exclusión. La exclusión social en esta dimensión se relaciona claramente con la presencia en el hogar de personas con alguna discapacidad y/o con dependencia. En este sentido, la incidencia de la exclusión social, que en el conjunto de la población de la Comunidad de Madrid es del 16,2%, se eleva hasta un 34,7% en hogares con alguna persona con discapacidad y hasta un 51,5% en hogares con alguna persona dependiente.

El Informe Foessa en la Comunidad de Madrid también rompe con los discursos xenófobos, puesto que en los hogares en exclusión, son de nacionalidad española 3 de cada 4 sustentadores principales (personas que aportan la principal fuente de ingresos en el hogar).

Por su parte, el Informe demuestra las características que aumentan la probabilidad de encontrarse en situación de exclusión social: ser mujer, una persona desempleada, inmigrante extracomunitario, no tener estudios o vivir en un municipio de menos de 5.000 habitantes.

La pobreza se hereda

En este aspecto, Fernández ha puesto de manifiesto que la pobreza y la exclusión se hereda. “Cuando uno nace y se cría en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos, aumenta la probabilidad de heredar la exclusión. Es la marca de la transmisión intergeneracional de la pobreza, una marca que no para de crecer. Hoy más que ayer, la familia donde naces determina tus oportunidades”, ha denunciado.

Enrique Carrero, director diocesano de Cáritas Getafe, ha incidido en que el Informe “tiene un carácter político en cuanto que sirve para defender ante las administraciones que se reformen aspectos que no contribuyen a resolver problemas sociales”.

Por último, Cáritas ha recordado que estos datos “describen una situación y unos riesgos que es preciso enfrentar para fortalecer los mecanismos de inclusión de la ciudadanía en nuestra sociedad”. Y ha subrayado: “Vivimos en una sociedad desvinculada, en la que cada vez es más difícil hacernos cargo de los que se quedan atrás”.

Algunos datos

  • 167.000 hogares están en situación de hacinamiento.
  • 43.000 hogares en un entorno muy degradado y/o en barrio conflictivo.
  • 219.000 hogares sufren situaciones de vivienda inadecuada (viviendas que no reúnen las condiciones adecuadas de habitabilidad, hacinamiento, sin acceso a suministros).
  • 6.300 hogares padecen simultáneamente ambas situaciones de vivienda insegura e inadecuada.
  • La tasa de personas trabajadoras pobres en la Comunidad de Madrid es del 12,3%.
  • De los hogares en exclusión social, 6 de cada 10 tienen ingresos por trabajo.
  • 134.000 personas con empleos de exclusión (venta a domicilio, venta ambulante de apoyo, venta ambulante marginal, recogedores de cartón y otros residuos, reparto de propaganda, mendicidad) son sustentadoras principales en sus hogares.
  • El 45% de las personas con una limitación grave para las actividades de la vida diaria por motivos relacionados con la discapacidad o una enfermedad crónica no recibe ayuda de ningún tipo.
  • En 161.000 hogares se ha dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.
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