Después de un arduo trabajo de traducción que llevó casi 15 años, finalmente la Biblia de la Iglesia en América (BIA) –edición oficial del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), editada por PPC– ha sido concluida, y será presentada el próximo 20 de noviembre en la Universidad Pontificia de México.
La presentación de la BIA estará a cargo del obispo de la nueva diócesis de Azcapotzalco (México), Adolfo Miguel Castaño Fonseca, y los sacerdotes Francisco Nieto y Carlos Junco Garza, coordinador general del equipo de traducción.
Con representación Latinoamericana
En entrevista para Vida Nueva, el sacerdote Carlos Junco explicó que la obra es el resultado de una acción eclesial, pues cuenta con representatividad de varias naciones latinoamericanas, lo que permitió reflejar la cultura bíblica de la región.
Y es que, en la traducción de la BIA colaboraron sacerdotes diocesanos y religiosos de distintas latitudes y procedencias. Algunos se encargaron de corregir los aspectos técnicos y otros el lenguaje, con la finalidad de involucrar a toda América, en la medida de lo posible.
Se trata de una obra eclesial –insistió el sacerdote– pues pese a la cantidad de personas que intervinieron en la traducción, casi una treintena, fue un esfuerzo conjunto; “no de individuos aislados, sino de un grupo responsable; el trabajo de cada uno de los traductores fue puesto en común y se asumió entre todos”.
Detalló: “Cada uno entregaba sus trabajos para ser revisados por un comité; de esta manera, la obra final no es de un individuo aislado, sino que refleja una dimensión comunitaria, una dimensión eclesial”.
Entre los traductores hubo especialistas de Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, México, Estados Unidos y Costa Rica.
La necesidad de la BIA
El sacerdote Carlos Junco recordó que las biblias que existen en América, por ejemplo la argentina y la chilena, son más específicas para esos países, en virtud de su traducción, pues ésta no refleja la riqueza de los países de América Latina. “En México, por ejemplo también está la Biblia del padre Agustín Magaña”, dijo.
Fueron los obispos de los Estados Unidos quienes manifestaron su interés de contar con una Biblia para los hispanoparlantes de ese país, por lo que pidieron al CELAM que trabajaran en el proyecto. Los obispos norteamericanos asumirían los costos de dicha traducción.
“Ante tal petición –refirió el sacerdote– el arzobispo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, quien en ese momento era secretario del CELAM, planteó como posibilidad una Biblia para todas las conferencias episcopales latinoamericanas, y todas estuvieron de acuerdo”. De esta manera, lo que iba a ser una obra para los hispanoparlantes de Estados Unidos, se convirtió en un proyecto para América Latina y el Caribe.
Fue en noviembre del 2004 cuando el CELAM encargó al obispo chileno Santiago Silva Retamales la traducción de la Biblia. “Originalmente se pensaba que en diez años podríamos terminarla, pero nos tardamos un poco más. Fue en el 2005 que buscamos diversos traductores y aclaramos criterios sobre la traducción”.
Seis años después, en el 2011, se publicaron los cuatro evangelios de la Biblia y en el 2015 todo el Nuevo Testamento, el cual se le entregó al papa Francisco; “el Santo Padre quedó tan contento por la obra, que alentó a que se completara con todo el Antiguo Testamento, el cual quedó concretado un año después”.
En abril de 2018 el CELAM pidió que se publicara la Biblia completa, y fue en mayo de 2019 cuando finalmente se tuvo impresa. Se entregó entonces a los obispos reunidos en la Asamblea del CELAM.
Para el sacerdote regiomontano, un aspecto muy valioso es que la Biblia cuenta con una serie de apéndices importantes: un vocabulario histórico y geográfico, que ayuda a comprender muchos términos y palabras; también tiene una cronología, y describe aspectos técnicos como medidas, monedas, etc.
“Cada libro tiene una introducción general, donde básicamente se tocan tres elementos: el aspecto histórico, el aspecto teológico y la dimensión literaria del libro.
Para asistir a la presentación de la BIA es necesario confirmar su asistencia al número móvil 55-7979-3772.