La situación de Chile es compleja en la que ni militares en las calles, ni toque de queda logran controlar el estallido social que a juicio de analistas es el resultado de una crisis estructural que venía forjándose en años.
Lo cierto es que ante esa situación, los obispos peruanos, en voz de Miguel Cabrejos, presidente y arzobispo de Trujillo, y Norberto Strotmann, secretario general y obispo de Chosica, han expresado –en un comunicado– su preocupación ante la delicada situación haciendo llegar su “cercanía y solidaridad” al tiempo que elevan sus oraciones para que “vuelva la paz social y la tranquilidad”.
En una semana, el saldo dejado por fuertes protestas ante el alza de pasajes del metro no es alentador. De las 16 regiones 11 están en emergencia, un despliegue militar de más de 10 mil funcionarios y más de 1.300 detenidos según el Instituto Nacional de Derechos Humanos. Van 15 muertos a la fecha.
Por ello el episcopado peruano comparte “el dolor por quienes han perdido la vida en medio de esta convulsión social y pedimos a Dios, unidos a vuestra oración, el don de la paz” y recordado las palabras de Francisco “la violencia no es la solución para nuestro mundo fragmentado”.
“Responder con violencia a la violencia lleva, en el mejor de los casos a un enorme sufrimiento y en el peor de los casos, lleva a la muerte física y espiritual de muchos, si no es de todos”, han señalado.
Foto: Diario La Prensa