Los restos de Francisco Franco, después de meses de batallas legales entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la familia del dictador han salido hoy, 24 de octubre, de la basílica del Valle de los Caídos. Han sido estos mismos familiares quienes han portando en hombros el féretro hasta la explanada vacía, una imagen que contrasta totalmente con la que se vivió el 23 de noviembre de 1975, cuando una multitud acompañaba a los Franco al entierro del dictador.
Tal como recoge Europa Press, un grito de “Viva España, Viva Franco”, proferido por la familia, ha roto el silencio de la escena, presenciada por los representantes del Ejecutivo presentes: la ministra de Justicia, Dolores Delgado; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños; y el subsecretario del Ministerio de Presidencia, Antonio Hidalgo. A ninguno de ellos, al menos en los momentos captados por las cámaras, se ha acercado la familia para saludar.
Si bien el Gobierno había denegado la petición de la familia de cubrir el ataúd con la bandera de España, así como su pretensión de que el proceso de la exhumación y traslado se hiciera con honores militares, el nieto del dictador, Francis Franco, accedió al interior de la basílica con una bandera preconstitucional que, sin embargo, tuvo que dejar en la entrada.
Lo que sí permitió el Gobierno fue que el féretro saliera del templo adornado con un estandarte con el escudo del Ducado de los Franco y, sobre él, una corona de laurel adornada con una banda con la inscripción ‘Tu familia’ a modo de dedicatoria. Por otra parte, la exhumación se ha completado en menos de dos horas, si bien el proceso ha contado con todas las medidas de seguridad necesarias para que no pudiera captarse ninguna imagen ni sonido.
De hecho, para garantizar esto, el Gobierno ha instalado en la basílica un detector de metales, y tan solo Cristóbal y Merry Martínez Bordiú, los operarios, un médico forense y los representantes gubernamentales pudieron estar presentes en el momento de la exhumación.
La familia ha decidido conservar el féretro original, y trasladarlo así al cementerio de El Pardo-Mingorrubio después de un breve responso oficiado por el prior de la abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera. Después del mismo, el féretro se ha trasladado en un helicóptero Cougar del Ejército del Aire, reservado al traslado de autoridades normalmente miembros de la Casa Real y del Gobierno. En él viajaban, además, los representantes del Gobierno junto a Francis Franco y el abogado de la familia, Luis Felipe Utrera-Molina.
Ya en Mingorrubio, varios centenares de personas aguardaban la llegada de los Franco con los restos del dictador. Sin embargo, no se les permitió acercarse al panteón en ese momento, para preservar así el deseo del Ejecutivo de que Francisco Franco fuera reinhumado en la más estricta intimidad.
Cantera, acompañado del sacerdote Ramón Tejero, hijo del militar golpista del 23F, Antonio Tejero, oficiaron una misa en la que el Gobierno sí permitió a la familia exhibir todo tipo de símbolos, por considerar que el acto de inhumación pertenecía al ámbito familiar.
Después de que, a las 15:30 horas, Dolores Delgado, ministra de Justicia, abandonase el panteón, se levantaba el cordón policial para que los presentes pudieran acceder al camposanto.