La Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha concluido su Asamblea Plenaria. Una ocasión que, coincidiendo con la celebración del Sínodo por la Amazonía, así como “siguiendo el impulso de ‘Laudato si’’”, ha llevado a los obispos de la Unión Europea a reflexionar acerca del ‘Acuerdo Verde Europeo’, propuesto para alentar políticas ecológicas que fomenten el desarrollo humano integral.
De esta manera, los obispos han centrado sus reuniones en cómo las políticas ecológicas de la UE pueden centrarse en las personas, las familias y las comunidades, abordando los desafíos relacionados con el medio ambiente, los más vulnerables, la demografía y el desarrollo. Para ello, han contado con la participación del Movimiento Climático Católico Global (GCCM), Caritas Europa, la Federación de Familias Católicas (FAFCE) y la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (CIDSE).
Por este motivo, han hecho un llamamiento para que se tomen “medidas ambiciosas para garantizar la coherencia política en el comercio, desarrollo, clima y derechos humanos”. Y es que, para los prelados, es esencial “adoptar una legislación vinculante y efectiva de los derechos humanos para las empresas transnacionales con sede en la UE para garantizar el cumplimiento de sus acciones en toda la cadena de suministro con los estándares legales, sociales y ambientales”.
Reconciliación
Durante esta Asamblea, los obispos también han expresado su preocupación por la situación actual en Siria y alentaron a la UE a intensificar la ayuda humanitaria y sus esfuerzos diplomáticos con el fin de conseguir “una paz duradera y sostenible en la región”. Del mismo modo, han manifestado su pesar ante la situación migratoria.
De hecho, celebraron una misa por Europa en la Iglesia de Notre-Dame du Sablon, Bruselas, en la que Czesław Kozon, delegado de COMECE de la Conferencia Episcopal Escandinava, destacó durante la homilía la importancia de la “reconciliación como un proceso permanente que nunca debe quedar fuera del alcance, especialmente en el entorno global actual caracterizado por la falta de confianza en la cooperación multilateral y la erosión de la comunidad internacional”.
“Los países son desafiados por la polarización y los cambios radicales en el panorama político, la movilidad de personas, ya sea causadas por tragedias violentas o alentadas por redes transfronterizas”, dijo Kozon. “Un progreso justo y duradero no puede ser logrado solo mirando hacia adelante”, añadió. “La reconciliación es un proceso permanente, al menos un instrumento, que nunca debería ser colocado fuera del alcance”.
