Solidaridad y esperanza. Son las dos palabras que el Secretariado Latinoamericano y Caribeño Cáritas (Selacc) ha dedicado –en nombre de las pastorales sociales del continente– a los países de la región que están atravesando por delicadas coyunturas políticas y sociales, porque como bien dicen es “tiempo de abrir caminos a la justicia y a la paz”. Así lo ha expresado en un comunicado su presidente, el venezolano José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo.
También desde esta instancia han manifestado su cercanía a “todas aquellas personas, comunidades y pueblos enteros de nuestra Patria Grande que viven sumergidos en la pobreza, la inequidad, la exclusión y la indigencia, que viven descartados”. Todos estos flagelos sociales han desencadenado protestas, por lo cual han destacado el trabajo de “aquellos hermanos y hermanas que están trabajando decididamente por construir caminos de paz y de justicia para gestionar los conflictos y restablecer modos de convivencia que cuiden e integren a todos y a todas”.
Situaciones trágicas y dolorosas
En las últimas semanas se han generado “tantas situaciones trágicas y dolorosas” – señala Azuaje– que si bien algunas “aparecen en el foco mediático actual”, sin embargo hay “otras que siguen siendo urgentes y desafiantes pero han dejado de ser noticia”.
“Sentimos especial dolor por los sufrimientos debido a situaciones problemáticas que padecen algunos de nuestros pueblos de la región, como es el caso de Chile, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Puerto Rico, Haití, Honduras y Nicaragua, entre otros y solo para citar algunos”, acota.
A todo ello se le suma la imposición de ‘caminos democráticos’ de ciertas ideologías que “han perdido sus valores y se erigen hoy día como paladines de un poder hegemónico, utilizando a los pobres y sus comunidades como medios para lograr fines políticos”. Esto en clara referencia a las recientes elecciones en Bolivia y a los gobiernos tiránicos de Venezuela y Nicaragua.
Desgarrados pero no abatidos
“Nuestros pueblos están sí desgarrados pero no abatidos, sufridos pero no deprimidos”, es la consigna usada por Cáritas Latinoamérica y el Caribe para describir “la fe del santo pueblo de Dios, la fe de muchos, la inculturación de los misterios de Dios en la religiosidad popular de los pobres y sencillos de corazón” en medio de las duras circunstancias.
Además han expresado que esa fraternidad en tiempos difíciles “nos hace reconocer como latinoamericanos”, por tanto, “en el camino de la construcción de la justicia y de la paz, es imprescindible que las autoridades, los partidos políticos, la sociedad civil y sus organizaciones, los movimientos populares, las universidades e intelectuales, la ciudadanía organizada se encuentren en diálogos “abiertos y sinceros” para unir esfuerzos en la búsqueda del bien común.
“Necesitamos un cambio”
El presidente de Cáritas reconoce que “necesitamos un cambio para enfrentar problemas comunes a todas las y los latinoamericanos y, en general, también de toda la humanidad” cuya raíz tiene una matriz global y que “hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo” ante lo cual propone ‘Laudato si’’, en la que el papa Francisco propone tareas de corto, mediano y largo plazo para hacer posible ese cambio.
“La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”, por ello como “Cáritas de América Latina y El Caribe nos sentimos llamados a ser una presencia cercana, fraterna y animadora que acompaña esos caminos”, ha dicho el prelado.
Asimismo Azuaje la apuesta a la labor pastoral “a pesar de las adversidades” y “sabiendo que Cáritas es la caricia de la Madre Iglesia para con sus hijos e hijas. La Caridad es base fundamental para un nuevo orden mundial”.
Foto: Cáritas LAC