Joaquín Iglesias es el rector de la parroquia de San Félix Africano, en Barcelona. Una iglesia que, hace unos días, recibía una importante donación de alimentos por parte de la Policía Nacional, regalados por los ciudadanos en la Jefatura de Policía de Barcelona tras los disturbios acaecidos al saberse la sentencia del procés.
“La responsable de comunicación de la Policía Nacional es vecina de este barrio y tiene conocimiento de la obra humanitaria que se realiza en San Félix, así como del comedor social. Por eso, cuando recibieron estas aportaciones decidieron donarlas a la parroquia”, explica Iglesias a Vida Nueva. “Por nuestra parte, estamos muy agradecidos, pues las necesidades son muchas”, añade. Y es que esta parroquia, además de regentar un comedor para los más desfavorecidos, ayuda a más de 100 familias de Barcelona.
Este gesto de generosidad por parte de los ciudadanos hacia la Policía fue, para Iglesias, “algo extraordinario”. “La gente ha respondido dando lo mejor de sí misma: generosidad y solidaridad hacia este cuerpo de seguridad, que vela por la integridad y el bienestar de los ciudadanos”, subraya.
Estos días de disturbios en las calles se han vivido “con mucha preocupación”, pero Iglesias desmiente que “toda Barcelona esté en llamas, como se ha divulgado en algunos medios”, sino que, más bien, “la gente se esfuerza por vivir el día a día con normalidad”. Sin embargo, reconoce que en los focos de conflicto “ha habido mucha violencia y destrozos”.
“Entre los fieles hay incerteza e inquietud, y también tristeza por la falta de tolerancia que se ha vivido en algunos momentos”, añade. Por eso, “muchas personas están rezando e intentan mantener una actitud de respeto hacia todas las posturas, sin polemizar ni entrar en controversias”.
Por todo ello, desde la parroquia de San Félix Africano quieren mandar el mensaje de que “hay que valorar a la persona por encima de las ideas”, ya que todas son “dignas y merecen respeto”. “Las posturas radicales no ayudan a la buena convivencia”, continúa el párroco, y por eso considera que “es importante tener muy claro el respeto a la ley para garantizar la justicia y la seguridad de todos, y también el respeto a la libertad y a la dignidad de toda persona”. “A partir de aquí se puede dialogar sin cerrarse en posiciones rígidas e intolerantes”, recalca.