Dionisio Ridruejo, de los versos en el ‘Cara al Sol’ a mirar a Dios con ‘Manos orantes’

  • Colaborador clave de José Antonio Primo de Rivera, fue uno de los compositores del himno falangista
  • Pronto se desmarcó de Franco y evolucionó hacia un liberal-socialismo, luchando por la democracia

Dionisio Ridruejo, de los versos en el ‘Cara al Sol’ a mirar a Dios con ‘Manos orantes’

Dionisio Ridruejo (1912-1975) fue uno de los jóvenes falangistas de la “primera hora”. Intelectual comprometido con el fascismo (llegó a luchar en Rusia con la División Azul), su evolución ideológica le llevó a una especie de exilio interior en el franquismo, publicando algunas de sus obras en Argentina para esquivar la censura.

Y es que pasó de denunciar que Franco había traicionado los ideales de la Falange (atacándole de pragmático y poco ideologizado, achacándole en definitiva un simple conservadurismo con vocación revanchista y nada revolucionario) a evolucionar hacia un liberalismo más cercano al socialismo.

Franco fue demasiado lejos

De hecho, pese a su fuerte carácter simbólico, lo cual evitaba que el régimen le persiguiera de un modo claro, fue encarcelado en diversas ocasiones. La primera, en 1956, por participar en la plataforma Acción Democrática, donde había jóvenes comunistas como Ramón Tamames y Javier Pradera. Al año siguiente, volvió a pasar por el calabozo tras realizar estas declaraciones en la revista cubana Bohemia: “A Franco le mantiene en el poder el miedo a la revisión sangrienta: es un miedo apoyado en la mala conciencia de haber abusado, de haber ido demasiado lejos. Le sostiene también el amplio sindicato de intereses (intereses no solo económicos, sino de poder y comodidad) que él ha cuidado con gran realismo”.

Su ruptura definitiva con el franquismo se dio en 1962, cuando participó en el IV Congreso del Movimiento Europeo en Múnich, donde se congregaron numerosos opositores al régimen en el exilio, y que desde El Pardo se bautizó como “el contubernio de Múnich”. Ello le valió el no poder regresar a España, iniciando su exilio en París. Eso no le eximió, dos años después, de la condena por propaganda ilegal por el Tribunal de Orden Público, que le impuso una condena de seis meses de cárcel. Años después, se instalaría en Estados Unidos, dando clase en varias universidades.

Con Felipe González y Joaquín Ruiz-Giménez

Un año antes de la muerte de Franco, en 1974, fundó la Unión Social Demócrata Española (USDE), siendo uno de sus aliados clave Felipe González, quien acabaría siendo el primer presidente socialista de la democracia. En mayo de 1975 ambos impulsaron, junto a Joaquín Ruiz-Giménez, referente de la democracia cristiana, la Plataforma de Convergencia Democrática.

Este fue su último gran gesto público, pues, ese 29 de junio (cinco meses antes de la muerte de Franco), moría en Madrid por un problema cardiaco, con solo 63 años.

Profundamente humano

Hombre polifacético, idealista y apasionado, profundamente humano, lo espiritual no le fue ni mucho menos indiferente. Así, no olvidó su formación en varios centros religiosos, dirigidos por maristas y jesuitas. Esa fascinación la remarcó en su vasta creación literaria, como ensayista y poeta. Una labor que hizo que, en 1933, convocado por José Antonio Primo de Rivera junto a otros jóvenes intelectuales de la Falange, compusieran el que sería su himno oficial: el ‘Cara al Sol’. De hecho, suyos son estos archiconocidos versos: “Volverán banderas victoriosas / al paso alegre de la paz”.

Entre sus composiciones más espirituales, refulge con fuerza ‘Manos orantes’, que dice así: “Como tibia azucena adelantada / castamente, entre el alba y el rocío; / orante nieve, cúpula de frío, / ojiva pura, levedad trenzada. / Como ramo del alma, revelada / pulcramente a la luz sin atavío / como la fe del suspirante brío / en un vuelo de carne sosegada. / Como un sueño de amor encaminado, / en alba de gemelos surtidores, / al éxtasis del cielo recatado. / Como ave par, alzada sin temblores, / calmando en un misterio desposado / la desazón humana de las flores”.

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