Cientos de fieles, acompañados por sacerdotes, religiosos y religiosas, han despedido a Miguel Olaortúa Laspra, obispo vicario apostólico de Iquitos, quien falleció el pasado 1° de noviembre en su residencia episcopal, luego de haber participado en el Sínodo Panamazónico.
La eucaristía en cuerpo presente se celebró este lunes, 4 de noviembre, en la catedral de la Plaza de armas de Iquitos y estuvo presidida por Nicola Girasoli, nuncio apostólico en Perú, y concelebrada por Miguel, arzobispo de Trujillo, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
Un pastor muy querido
Durante la apertura de la ceremonia, el nuncio leyó una carta de pésame enviada por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolín, en nombre del Papa Francisco, a toda la jurisdicción del Vicariato Apostólico de Iquitos.
“La visita pastoral fue una gran ocasión para apreciar cuánto lo querían a Monseñor Miguel, y para ver todo lo que hizo por esta tierra. En esta plaza le dijimos todos dos palabras: ¡Bravo! y ¡gracias! Gracias, Monseñor Miguel por habernos acompañado a cada uno de nosotros, por tu entusiasmo de caminar y de ser misioneros de Jesús”, ha recordado Girasoli, quien precisamente hizo su última visita a Iquitos en abril pasado.
Comprometido con la Amazonía
Asimismo el Nuncio ha destacado la presencia de Olaortúa en el Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, celebrado en Roma del 6 al 27 de octubre junto al Papa Francisco. “Fuimos testigos de cómo se preparó y cómo preparó a su jurisdicción para el Sínodo. La vida es una carrera, y él ha llegado a la meta antes que todos nosotros”, ha dicho.
También animó a la feligresía a seguir caminando en la esperanza recordando el legado del prelado, porque “cuando pensamos en el amor de Monseñor Miguel por sus sacerdotes y fieles y al mismo tiempo pensamos en su partida a la Casa del Padre, no vamos a preguntarle a Dios el porqué de esto. La fe nos dice que debemos preguntar para qué nos ha pasado esto”.
En nombre de los obispos
Por su parte Miguel Cabrejos expresó sus condolencias a la familia de Olaortúa y a la población de Iquitos en nombre del Episcopado Peruano y del Episcopado Latinoamericano. “El amor es más fuerte que la muerte. Monseñor Olaortúa vive entre nosotros, vive con sus fieles, vive con esta jurisdicción eclesiástica. Él vive en Dios, y él reza y pide por cada uno de nosotros”, acotó. Al finalizar la eucaristía, los restos de Olaortúa fueron llevados en procesión hasta el interior de la Catedral de Iquitos, donde fueron sepultados.
Foto: CEP