En medio de su apretada agenda, Hans Zollner, recibió a Vida Nueva. Durante el diálogo, se manifestó muy satisfecho de haber podido visitar este país y presentar, ante calificados auditorios, el inmenso desafío que implica para la Iglesia toda referencia al doloroso tema de los abusos sexuales de menores.
Consultado sobre su actividad, manifestó que “la visita a la Argentina es para mí una ocasión de privilegio tanto para encontrarme con todos los obispos del país y con los miembros de la Comisión de prevención de abusos de la Conferencia Episcopal, así como con los formadores de seminarios y comunidades religiosas. Con todos ellos he compartido mis reflexiones para la construcción de una Iglesia más segura para los menores y las personas vulnerables.”
Asimismo, afirmó que “los obispos con los cuales he podido conversar están muy comprometidos en este asunto, sea en la escucha de las víctimas y en el acompañamiento de todas las personas que necesitan una atención particular. He comprobado también que están muy comprometidos con una visión de prevención de abusos en el futuro”.
“Contribuir con un aspecto que otros no ofrecen”
Con respecto a los desafíos de la Iglesia, expresó: “tenemos que hacer todo a fin de que no se repitan los casos de abusos; debemos ser honestos con los casos que se han producido y estar abierto para recibir las sugerencias del mundo de las ciencias y de las organizaciones que están trabajando en esta cuestión desde hace muchos años”.
Sobre cuál puede ser el aporte de la Iglesia ante esta situación que afecta a toda la sociedad, el padre Zollner dijo: “la Iglesia puede contribuir con su sistema de educación, con su misión pastoral y social, de una manera muy importante a la seguridad de las personas más vulnerables. Puede además contribuir con un aspecto que otros no ofrecen que es el aspecto espiritual. Ciertamente la fe puede ayudar a no solo a curar las heridas del pasado y encontrar un camino de esperanza, sino que también puede motivar a que las personas puedan encontrar en Jesús una confianza y un modelo de vida. Esa es la misión principal de la Iglesia. Comprometidos en la prevención podemos ser testigos del Reino de Dios que quiere que nosotros estemos junto a los más indefensos.”
Colaboración: Gonzalo Moreira