Con motivo del 30 aniversario de la caída del muro de Berlín, un nutrido grupo de obispos de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) han firmado una declaración que invita al diálogo y encuentro en Europa. Este acontecimiento, señalan, fue “uno de los acontecimientos más importantes en la historia europea de las últimas décadas”. “Un momento lleno de emoción” en el que las personas separadas en una misma ciudad “pudieron encontrarse, celebrar y expresar su alegría y sus esperanzas”.
Para los prelados, “este muro fue un símbolo de la división ideológica de Europa y del mundo entero” y la caída del telón de acero y de esta frontera fue “un hecho que abrió el camino para recuperar la libertad después de más de 40 años de regímenes opresivos en países de Europa Central y del Este”. Algo que fue posible gracias “al compromiso de un gran número de europeos que expresaron de manera constante y pacífica su profundo anhelo por el cambio político”.
Por ello, aunque “no se han cumplido todas las expectativas”, el hecho ha tenido “una dimensión profética”. “Nos ha enseñado que construir muros entre las personas nunca es la solución y es una llamada a trabajar por una Europa mejor y más integrada”, apuntan.
Un “proceso de curación y reconciliación” que ha sido “delicado y difícil” para las víctimas de esta búsqueda de la libertad. Por ello, los obispos quieren “revivir y fomentar esos signos de esperanza, esas expectativas para un futuro mejor en Europa y para todos los europeos que guiaron ese momento histórico en noviembre de 1989”.
Los 27 obispos que firman la nota invitan “a todos los europeos a que trabajen juntos hacia una Europa libre y unida a través de un proceso renovado de diálogo entre mentalidades y culturas diversas, respetando nuestras diferentes experiencias históricas y compartiendo nuestras esperanzas y expectativas para un futuro pacífico común”. Así será posible el sueno de “un nuevo compromiso con esos valores sobre los que se construye Europa: justicia, libertad y paz”.