Unos 7.500.000 de venezolanos podrían salir de su país a finales de 2020 de continuar la severa crisis. Así lo ha aseverado Mauricio García, director nacional del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), en el marco del foro ‘Construyendo propuestas para una política pública migratoria integral’, celebrado en Bogotá el pasado martes, 5 de noviembre, a cargo de esta entidad y Cáritas Colombia. “Eso significaría el 25% de la población venezolana y no son estimaciones descabelladas”, asegura el sacerdote jesuita, pues a la fecha ya han salido más de 4.000.000 siendo Colombia el principal paso hacia otros países.
Además las actuales cifras de venezolanos que manejan las autoridades migratorias en el país quedaron cortas. “Migración Colombia reconoce a 1.500.000, personalmente creo que son más, hay un registro que no alcanza a ser medido por Migración Colombia y esa cifra por lo menos va al 1.800.000”, señala.
De ser un país expulsor a causa del conflicto armado, “en menos de tres años Colombia se ha convertido en un país receptor de migrantes”, ha dicho García.
Hacia estrategias concretas
Por otra parte, el presbítero ha encomiado los esfuerzos de articulación logrados con instancias como Cáritas Colombia, Cáritas Alemania, Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento (CODHES), representantes de alcaldías, gobernaciones y el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) en la defensa de los derechos humanos de la población refugiada desplazada y migrante, porque “una crisis migratoria como la que está viviendo el país sólo podrá tener una respuesta adecuada si logramos fortalecer esos procesos de concertación y articulación”, acota.
También ha reconocido las iniciativas del Estado en favor de la población desplazada, migrante y refugiada, aunque no ha podido responder a los retos suficientemente, por lo tanto –apunta el sacerdote– el desafío es muy grande sobre todo en la construcción de una política pública con “estrategias concretas de intervención”.
Un horizonte de derechos
Para el director del JRS Colombia “desde la Iglesia estamos aportando a una tarea muy grande de apoyo y respaldo humanitario”, sin embargo “es una tarea que como sociedad civil debemos continuar haciendo en un esfuerzo para que la perspectiva de derecho esté presente”.
“No es simplemente caridad, no es simplemente entrega de ayudas, lo que está en juego aquí es un horizonte de derechos y nosotros no podemos perder de vista este horizonte y tenemos que trabajar como lo hemos venido haciendo desde hace muchos años en esa dirección”, ha recalcado.