‘España guadaña. Arderéis como en el 36’ es el título del nuevo libro del escritor Fernando Sánchez Dragó, quien, de la mano de la Editorial Almuzara, recoge en este volumen una serie de textos en los que alude al recrudecimiento de la Guerra Civil. En este libro habla alto y claro, como siempre.
PREGUNTA.- El título de su nueva obra es duro en estos tiempos que corren. ¿Volvemos a la polaridad política que tanto tiempo lleva usted condenando?
RESPUESTA.- Eso es una constante en la historia de España. ¿Acaso no hemos visto cómo ardía Barcelona?
P.- El libro consta de una serie de textos en los que, de un modo u otro, usted alude a la Guerra Civil y a la memoria histórica. ¿Será posible que no podamos desprendernos de todo ello, cuando países como Alemania han hecho las paces con su pasado?
R.- Los españoles se parecen a los alemanes como los huevos a las castañas. El español es un lobo para el español. No tiene arreglo.
P.- ¿Por qué este libro?
R.- Porque soy escritor y escribo sobre mi yo y mi circunstancia.
P.- ¿Cómo está España?
R.- Agonizando.
P.- ¿Cómo pasa un intelectual del anarquismo a la proximidad a VOX?
R.- Primero: yo no soy un intelectual, soy un escritor. Segundo: yo no he pasado de nada a nada. No tengo ninguna relación orgánica con VOX. Santi Abascal ha sido el protagonista literario de uno de mis libros. Solo los borregos no evolucionan. Quien en la vejez piensa lo mismo que en la juventud es un perfecto idiota.
P.- Huérfano de guerra, nació en el 36 y vivió la posguerra y el periodo franquista, paso a paso. Es difícil convencerle de que las cosas fueron distintas a como las vio, ¿no?
R.- Así es. No hablo de oídas.
P.- ¿Con esta nueva entrega se cierra un ciclo, el de la obra de Fernando Sánchez Dragó sobre este país?
R.- La única forma de cerrar un ciclo en lo que a mí respecta es morirme. No tengo prisa.
P.- ¿Qué ha supuesto para usted la exhumación de Franco?
R.- Poca cosa. Una tontería más de los tontos que nos gobiernan. Si hay vida después de la muerte, cosa que yo no sé, Franco estará en el éter. El generalísimo desapareció de esta tierra en 1975. Llevaba mucho tiempo sin estar en ella. Los rituales son cosa de quien crea en ellos. Yo no soy supersticioso. (…)