Concluido el triduo y en plena ofrenda floral solidaria de los escolares de Madrid, este 9 de noviembre la Plaza Mayor de la Villa ha acogido la “Misa mayor” a las 11:00 h. en la festividad litúrgica de Santa María la Real de la Almudena, patrona de la ciudad. El cardenal arzobispo Carlos Osoro ha presidido una celebración en la que han concelebrado los obispos auxiliares, los vicarios episcopales y numerosos presbíteros.
Todas las celebraciones en torno a la patrona de este año han estado vinculadas con el Mes Misionero Extraordinario convocado por el apa Francisco y con el Plan Diocesano Misionero. Por ello, el lema elegido para el programa de actos ha sido “Con María misioneros en Madrid”.
Frente a la dispersión
En su homilía el cardenal ha clamado: “Recuperemos el encuentro, la reconciliación”. Recuperando las tradiciones en torno a la imagen de la patrona que estuvo escondida en las murallas durante la invasión musulmana, agradeció “a la Virgen María que siga presente en nuestras vidas en Madrid, que nos acompañe y que nos ofrezca, como buena madre, palabras que alcanzan nuestro corazón”. Para el prelado, “la Virgen de la Almudena salió de los muros para decirnos con claridad que lo que nos mantiene unidos no son las ideas, que pueden ser diferentes, sino la acción del Espíritu Santo”.
Una invitación a la unidad que se traduce en “el aprecio al hermano, que brota espontáneamente y produce mil maneras de ayuda mutua”. “Hoy a María la pedimos que nos guarde de las plagas de la dispersión y del desprecio que son frutos de corazones tristes”, añadió.
“Recuperemos el encuentro”
Para Osoro, “el instrumento más apropiado para recuperar el encuentro es el diálogo. Despertemos a la capacidad de diálogo. Y es que, indicó el cardenal, “cuando uno recupera la alteridad en el encuentro, empieza a dialogar. Y dialogar supone no solamente oír, sino escuchar. Recuperemos la capacidad de escucha”. “El otro siempre tiene algo que bueno que dar y yo algo bueno que darle. Es en el encuentro donde se construye una síntesis creativa y fecunda. Dialogar es imitar a Dios, que abrió su diálogo con nosotros enseñándonos el camino de la convivencia”, señaló.
Un tercer elemento que ha subrayado el arzobispo es la luz que ilumina la vida. “Tenemos siempre una tentación: caer en la idolatría, hacernos dioses a nuestro gusto. A menudo tenemos oscuridades en el corazón, oscuridades en la familia, en la ciudad, en el mundo, oscuridades existenciales que muchas veces queremos solucionar con más oscuridades”, apuntó. Por ello, reclamó: “¡No os dejéis secuestrar la luz que ilumina siempre y agranda el corazón, los horizontes!”“Sintamos la presencia de la luz de Cristo. Proclamemos con obras y palabras la grandeza de Dios; seamos humildes y con necesidad de luz, no tenemos luz propia”, completó.
Renovación del Voto de la Villa
Siguiendo la tradición, durante la misa, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, renovó el tradicional Voto de la Villa. El regidor ha estado acompañado por la vicealcaldesa, Begoña Villacís.
Para el traslado de la Virgen a la Plaza ha participado un grupo de 80 anderos de la hermandad de Jesús el Pobre. La procesión de regreso a la catedral concluirá con el homenaje de las casas regionales y los grupos tradicionales de Madrid en la plaza de la Almudena. La Virgen lucirá el bastón de mando del alcalde, donado por Martínez Almeida a la patrona el pasado 8 de septiembre y un manto donado por la reina María Cristina, madre de Isabel II en 1833.