Si el papa Francisco no va a Argentina, esta va muy frecuentemente cerca del pontífice. El último detalle lo cuenta Elisabetta Piqué en La Nación, y es una reproducción en piedra de la mano izquierda de su hermana menor, María Elena –la única viva–. Aunque hablan frecuentemente por teléfono, ambos no se ven desde que en 2013 Francisco llegó a Roma para el cónclave que le eligió como Romano Pontífice.
La réplica es obra del artista plástico argentino Gustavo Masó, que ha calcado directamente la mano de María Elena Bergoglio. Con la entrega de la pieza, un audio de la propia María Elena interpela al pontífice: “Mirá, me gustaría estar con vos y abrazarte… Créeme que estamos abrazados, a pesar de la distancia, estamos muy abrazados”.
Francisco, según comentó el artista, se emoción con el regalo e incluso soltó unas lágrimas. “Fue un reencuentro no vivido”, relata al periódico argentino. La escultura en piedra la ha llamado “El deseo tangible”. Masó ya pudo regalar en el pasado al Papa un óleo evocador de la obra de Borges.
“Fue increíble… Entrar al Vaticano como artista plástico es muy fuerte… Como siempre, no hubo protocolo, fue muy lindo el encuentro y el Papa sonrió mucho, salvo cuando le di la sorpresa, al obsequiarle la mano de su hermana y al hacerle escuchar el audio. Entonces se quedó sentado en silencio largo rato, apoyando su mano en la pieza”, relata. Pero no hubo tiempo de hacer otra réplica para María Elena.