El papa Francisco, concluida la oración mariana del ángelus, de este domingo, 10 de noviembre, ha tenido un recuerdo especial por “la querida gente del sur de Sudán”, a la que, dijo claramente, “que tendré que visitar en este [próximo] año”. Con el recuerdo del encuentro que se desarrolló entre las autoridades en el Vaticano en abril, el Papa renovó su “invitación a todos los que participan en el proceso político nacional a buscar lo que une y a superar lo que divide, en un espíritu de verdadera fraternidad”. Y es que, denunció el pontífice, “el pueblo del Sudán del Sur ha sufrido demasiado en los últimos años y espera con gran esperanza un futuro mejor, especialmente el fin definitivo de los conflictos y una paz duradera”. “Insto a los responsables a que continúen, sin cansancio, su compromiso con un diálogo inclusivo en la búsqueda del consenso para el bien de la nación”, reclamó, pidiendo a la comunidad internacional que acompañe “en el camino hacia la reconciliación nacional”.
Pensando en la situación de Bolivia, el pontífice invitó “a todos los bolivianos, en particular a los actores políticos y sociales, a que esperen de manera constructiva e incondicional, en un clima de paz y serenidad, los resultados del proceso de revisión de las elecciones que se está llevando a cabo actualmente. En paz”, recalco.
“La vida existe donde hay vínculo, comunión, fraternidad”
En el comentario del evangelio del día (cf. Lc 20, 27-38) sobre las respuestas de Jesús sobre la resurrección a un grupo de saduceos, Bergoglio señaló que “Jesús invita en primer lugar a sus interlocutores –y a nosotros también– a pensar que esta dimensión terrena en la que vivimos ahora no es la única, sino que hay otra, ya no sujeta a la muerte, en la que se manifestará plenamente que somos hijos de Dios”. Algo que es “un gran consuelo y esperanza” que “necesitamos sobre todo en nuestro tiempo, tan rico en conocimientos sobre el universo pero tan pobre en sabiduría sobre la vida eterna”.
Para Francisco, “esta clara certeza de Jesús sobre la resurrección se basa enteramente en la fidelidad de Dios, que es el Dios de la vida”, porque “la vida pertenece a Dios, que nos ama y se preocupa tanto por nosotros”. “La vida existe donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida en la que se tenga la pretensión de pertenecer sólo a uno mismo y de vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte. Es egoísmo”, añadió.
La devoción de María Emilia Riquelme
El Papa también ha tenido palabras sobre la beatificación, celebrada este 9 de noviembre en Granada, de María Emilia Riquelme y Zayas, fundadora de las Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada. “. La nueva beata fue ejemplar en el fervor de la adoración eucarística y generosa en el servicio a los más necesitados”, apuntó. También recordó el papel evangelizador de san Bartolomé Fernandes de los Mártires, del que se celebra una misa de acción de gracias por la canonización en Braga (Portugal)
Recordando que en Italia se celebra el Día Nacional de Acción de Gracias por los frutos de la tierra y el trabajo recordó “el fuerte vínculo entre el pan y el trabajo, esperando políticas de empleo valientes que tengan en cuenta la dignidad y la solidaridad y eviten los riesgos de corrupción”. Por ello, pidió “que los trabajadores no son explotados, que hay trabajo para todos menos trabajo real, no trabajo de esclavos”.