Para Margarida Bofarull, “la teología de Francisco es una teología desde los pobres. Cuando has conocido las Villas Miseria no puedes vivir ni pensar como si no las hubieras conocido”. Solo este ejemplo de lo cotidiano le sirvió hoy a la presidenta del Instituto Borja de Bioética y delegada diocesana de pastoral de fe y cultura de Barcelona, para explicar que “la teología de Francisco nace de los márgenes y requiere una Iglesia experta en misericordia, atrevida, valiente, en salida, que arriesgue para evangelizar y para amar”.
La religiosa de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús recordó cómo el verbo “misericordiar” acuñado por Francisco, no solo le acompaña en el escudo episcopal sino que resulta fundamental para su ministerio pastoral desde sus inicios. “Misericordia nace de dos términos: misericordia y corazón. Se habla de la misericordia cuando la miseria ajena toca tu corazón”, señaló durante su ponencia pronunciada en el en el Ateneu Universitari Sant Pacià en la primera jornada del Congreso ‘La aportación del Papa Francisco a la teología y a la pastoral de la Iglesia’.
Un encuentro que sacude
“La misericordia no es fruto de un acto voluntarista sino de un encuentro con Jesucristo que sacude la vida”, reflexionó Bofarull, de la misma manera que defendió que “no hay conflicto entre misericordia y justicia, porque la misericordia siempre es justa, es la plenitud de la justicia”.
“Francisco ha llevado la revolución de la misericordia a toda la Iglesia”, apuntó esta investigadora perteneciente a la Academia de la Vida, tal y como puso de manifiesto con la convocatoria del Año de la Misericordia para 2016. “Es un eje fundamental de su Pontificado”, planteó.
Esto lleva a configurar un pastoral que lleve a “rehuir de condenas y pedir la muerte del pecador”. “Esta es la gran diferencia de nuestro mundo, si nos acercamos a él para tirar piedras, cuando debemos afanarnos en que todos puedan recuperar la vida”, comento.
