Sigue adelante en Barcelona el congreso sobre la “aportación del papa Francisco a la teología y la pastoral de la Iglesia”. El biblista y rector del Ateneo Universitario San Paciano de Barcelona, Armand Puig Tàrrech, ha cerrado la primera jornada con la ponencia ‘Una Iglesia pobre para los pobres: los pobres como dato teológico’.
El sacerdote ha señalado que “una de las líneas de fuerza que tiene que marcar el futuro de la Iglesia tiene que ser la opción por los pobres”. Estos “son una tarea eclesial porque la amistad con ellos ayuda a construir una Iglesia que empiece desde las periferias”, apuntó. Para el teólogo, “son esenciales en la vida de la Iglesia y su cuidado no puede ser delegado a un sector eclesial, puesto que pertenecen a la estructura histórica de la confesión de la fe”.
En este sentido, afirmó que “la acogida de los pobres no es una acción asistencial –como la que podría hacer una administración pública–, sino esencial en relación al evangelio de Jesús”. Para Puig, “la atención de los pobres es un signo excelente de credibilidad de la predicación del evangelio”. Es más, apuntó, “la vida de los pobres es evangelizadora. Su testigo puede suscitar el descubrimiento de Cristo en ellos y llevar a un encuentro personal con Jesús”.
“Una Iglesia sin los pobres se queda inmersa en la mundanidad espiritual y pierde la dimensión profética que los pobres le recuerdan cada día”, concluyó, ya que “una Iglesia madre de misericordia y servidora de los pobres se convierte en el alma del mundo gracias a la fuerza de su profecía”. Este es el sacramento, ele Cuerpo de Cristo.