“Los teólogos, para Francisco, son buenos cuando con su reflexión se ponen al servicio de la intrínseca acción evangelizadora de la Iglesia, cuando están atentos a la vida de las personas, cuando, con el debido ‘aggiornamento’, abordan adecuadamente la vertiente eminentemente pastoral de la enseñanza y de la doctrina cristiana. Los buenos teólogos son quienes huelen a pueblo”. Así lo ha expresado el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, durante su intervención en el Congreso ‘La aportación del Papa Francisco a la teología y a la pastoral de la Iglesia’, que se celebra en el Ateneu Universitari Sant Pacià desde ayer hasta mañana.
En su ponencia, titulada ‘Hacer teología en diálogo con la vida’, el prelado ha destacado que “en el proyecto pastoral de Francisco emerge con mucha fuerza una teología que se encuentra en constante diálogo con la vida”. En su opinión, “la teología del Papa, que bebe de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, incide especialmente en una teología arraigada en la vida de las personas y de los pueblos, evitando el escollo de una teología separada de la pastoral. Se trata de una teología en salida, función de la Iglesia que evangeliza”. Y ha añadido: “La teología debe iluminar y dar sentido a la vida del Pueblo santo de Dios, a la vida del creyente concreto”.
Desgranando el concepto ‘Pueblo de Dios’ en la teología de Jorge Mario Bergoglio, Planellas ha indicado que “la propuesta pastoral del Papa, como lo fue la del Vaticano II insertando el capítulo del Pueblo de Dios antes de cualquier función ministerial concreta o un determinado estado de vida en la Iglesia, es afirmar el primado de la vida teologal propia y común a todo cristiano”. “A partir de esta base –ha proseguido–, todo cristiano está llamado a salir de sí mismo y ser levadura en la pasta. La fuerza de esta concepción teológica no se encuentra, por tanto, en un aumento de ‘poderes’ conferidos a los laicos, sino en un radical cambio de lógica, que privilegia el ‘ser’ por encima de las ‘funciones’ concretas, la vida cristiana por encima de aquellos ministerios que, siempre necesarios, se encuentran al servicio de esta vida y, en definitiva, de todo el Pueblo de Dios”.
En el mismo sentido, el prelado ha señalado el concepto de ‘teología del pueblo’, inserto dentro de la propuesta teológica del papa Francisco. “Es la forma cómo la teología de la liberación se insertó sobre todo en determinados ámbitos teológicos y pastorales argentinos. Se trata de superar una determinada ‘cultura eclesial’, que pretende vivir un cristiannismo sin Evangelio, que no conecta con la realidad concreta de lo que vive y experimenta el Pueblo de Dios y, sobre todo, la realidad de los más pobres”, ha comentado.
Por último, Planellas ha querido referirse a ‘la hora de Dios’ desde la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’. “Hay que indicar que en la misma dinámica de los Evangelios en general y del resto de libros del Nuevo Testamento, encontramos una preferencia por el tiempo, por el momento oportuno, por la hora oportuna…”, ha explicado, para luego subrayar: “Esta es precisamente, en la enseñanza de Francisco, la perspectiva de ‘Amoris laetitia’ y, especialmente, la de su capítulo octavo, que lleva por título ‘acompañar, discernir e integrar la fragilidad’ de las personas que conviven en el margen del matrimonio tal y como lo entiende la Iglesia. Esta actitud se ve fortalecida en el contexto de la celebración del Año Jubilar de la Misericordia”. Y es que “el remedio necesario de toda fragilidad no es la dureza o la exclusión sino la misericordia”, ha concluido.