Las quinielas no han fallado. La Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) ha elegido ayer a su presidente y vicepresidente. El arzobispo de Los Ángeles José Horacio Gómez ha sido elegido presidente de durante la Asamblea Plenaria de otoño en Baltimore. El prelado, cercano al Opus Dei, está al frente del organismo los próximos 3 años y sustituye en el cargo al cardenal Daniel DiNardo, el arzobispo de Galveston-Houston, que lleva en la presidencia desde noviembre de 2016.
Hasta ahora, Gómez era el vicepresidente y por ello uno de los favoritos para ser elegido. El nuevo vicepresidente, votado entre 10 candidatos, es el arzobispo Allen Vigneron, de Detroit, uno de los prelados alineados entre los conservadores por los analistas.
Frente al muro
Gómez fue elegido en la primera votación con 176 votos. El arzobispo Vigneron fue elegido vicepresidente en la tercera votación por 151 a 90 en una segunda vuelta contra el arzobispo castrense, Timothy P. Broglio. El nuevo vicepresidente era hasta ahora el secretario de la conferencia, cargo que quedó vacante al asumir la vicepresidencia. Para esta tarea fue elegido el propio Broglio, que permanecerá en el cargo hasta 2021. También se han elegido los presidentes de las distintas comisiones.
El arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, tiene 67 años, pertenece al Opus Dei y nació en México, es el primer latino en asumir este cargo. Esta condición le ha hecho ser el portavoz de las críticas de la Iglesia a las restrictivas políticas migratorias del presidente Donald Trump. Cuestionado por algunas decisiones en la gestión diocesana; las esperanzas puestas en él, en este momento de la Iglesia americana, son muchas.