El Papa ha recibido en el Vaticano a empresas como Microsoft y Apple, reunidas para el Encuentro internacional ‘Promover la dignidad digital del niño. Del concepto a la acción’
“Queremos desterrar de la faz de la tierra la violencia y todo tipo de abusos contra los menores”. Estas palabras son toda una declaración de intenciones por parte del papa Francisco, quien ha dado un paso más en su particular lucha contra el abuso y sexualización de los más jóvenes: apelar a empresas como Microsoft, Apple o Facebook para que se unan a la causa, reunidas en el Vaticano los días 14 y 15 de noviembre en el Encuentro internacional ‘Promover la dignidad digital del niño. Del concepto a la acción’.
Entre los casi ochenta participantes se encuentran, además, representantes de Amazon y otras empresas del sector, así como líderes políticos – entre ellos, la reina Silvia de Suecia – y organizaciones no gubernamentales. Todos con un mismo objetivo: afrontar la nueva realidad que ha venido de la mano de la tecnología y que supone un nuevo medio para los abusos a los más vulnerables.
Y es que, tal como ha recordado el Papa, la edad media de acceso a la pornografía nunca había sido tan temprana: los 11 años, y con tendencia a descender cada vez más. “Esto no es aceptable en absoluto”, ha subrayado Francisco, quien ha matizado que, si bien los padres “son los principales responsables de la educación de sus hijos”, lo cierto es que “a pesar de su buena voluntad” ahora es cada vez más complicado controlar cómo usan los niños los aparatos electrónicos, por lo que la industria “debe cooperar” con ellos en esta responsabilidad educativa.
“Mirémoslos a los ojos: son sus hijas y sus hijos, debemos amarlos como obras maestras e hijos de Dios”, ha añadido el Papa. “Tienen derecho a una buena vida, y tenemos el deber de hacer todo lo posible para que la tengan”. Del mismo modo, Francisco ha recordado que la Iglesia católica, en las últimas décadas y como resultado de “las dramáticas experiencias vividas en su cuerpo”, ha alcanzado una “viva conciencia de la gravedad de los abusos sexuales contra menores y de sus consecuencias, del sufrimiento que causan, de la urgencia de curar las heridas, de combatir estos crímenes con la máxima determinación y de desarrollar una prevención eficaz”.
Reconociendo esta realidad, el Papa ha animado a los presentes a tomar conciencia y encontrar puntos de encuentro donde trabajar para evitar que estos casos se sigan repitiendo. “El crecimiento seguro y sano de la juventud es un noble propósito por el que vale la pena trabajar”, ha recalcado, “y vale mucho más que el mero beneficio económico obtenido incluso con el riesgo de perjudicar a los jóvenes”.
Del mismo modo, ha apelado a la “creatividad e inteligencia humanas” para buscar soluciones. “Son maravillosas, pero deben ser dirigidas en la dirección correcta para garantizar el bien integral de la persona a lo largo de su vida, desde la infancia”, ha apostillado. Esto, es algo que “todo educador y todo padre de familia sabe muy bien”, y por eso “debe ser ayudado y apoyado por el compromiso concertado de una nueva alianza de todas las instituciones y fuerzas educativas ”