La ministra de Educación, Isabel Celaá, inauguró esta mañana el XV Congreso de Escuelas Católicas bajo el lema ‘#Magister. Educar para dar vida’ que pone su mirada en la figura del maestro. En el foro participarán hasta el sábado más de 2.000 educadores entre directores, profesores y titulares de centros cristianos.
Y lo hizo con una intervención que incomodó a los congresistas. En el acto de apertura, la política socialista centró la primera parte de su discurso a realizar un análisis pormenorizado de la libertad de enseñanza a la luz de la Constitución. Así, en un primer momento, reconoció “la imposibilidad de un monopolio educativo del Estado”, así como la posibilidad de la libertad de empresa para abrir un centro y el derecho de los padres a educar a sus hijos “según sus convicciones religiosas y morales”.
El artículo 27 de la Constitución
El desencuentro con la platea llegó cuando Celaá afirmó que “de ninguna manera se puede decir que el derecho de los padres a elegir centro podría ser parte de la libertad de enseñanza. Elegir centro formarán parta de derechos de los padres y madres en las condiciones legales, pero no son emanación estricta del artículo 27 de la Constitución”.
En ese momento un murmullo -que no abucheo- se apoderó del auditorio Marriott Auditorium Madrid, que obligó a la titular de Educación a interrumpir su discurso. Entonces, la ministra echó mano de una sentencia del Tribunal Constitucional de 1981 para justificar su afirmación. El rechazo de los participantes se hizo más notorio, ante lo que Isabel Celaá tuvo que interrumpir la lectura del discurso que traía preparado para intentar aclarar que “no quiere decir que no haya libertad, sino que no está dentro del artículo 27”.
Prueba del clima generado es que, el propio Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas, a través de su cuenta de Twitter respondía a la ministra: “Con el debido respeto discrepo. Es un derecho que deriva directamente de la libertad de enseñanza, como indica el Tribunal Constitucional”.
Vigencia de los conciertos
“La regulación que hemos venido haciendo sobre la libertad de enseñanza ha sido consensuada y de ello lo demuestra la vigencia del régimen de conciertos”, comentó después sobre un “modelo casi inédito en Europa”. A partir de ahí, su discurso se centró en exponer los planes educativos socialistas y su apuesta por la formación profesional y la digitalización las nuevas tecnologías. Eso sí, ni una sola palabra sobre el papel del maestro, al que solo le dedicó un par de líneas, para presentarlo como “el alma” de los colegios.
Sobre el derecho a la educación, subrayó que “no es por capricho, sino porque es necesario que organizamos nuestra oferta de conformidad y deseos por los intereses de todos los implicados”. Además, hizo especial hincapié en el derecho “a una educación impartida sin discriminación alguna, incluyendo las nuevas fórmulas de acoso”.