Los 6 compromisos de cristianos y musulmanes para “servir juntos a la humanidad”

15/11/2019 | Rubén Cruz

El islam chiíta y el Vaticano se han citado en Teherán en un encuentro interreligioso

El papa Francisco abraza al Gran Imán de Al-Azhar en Emiratos Árabes Unidos

El cardenal Miguel Ángel Ayuso ha participado del 11 al 12 de noviembre en el 11º Encuentro entre el Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso en Teherán. El prefecto del dicasterio ha confirmado que en 2021 se celebrará la próxima edición en Roma.

Bajo el tema ‘Cristianos y musulmanes: sirviendo a la humanidad juntos’, el Vaticano y el islam chiíta plantearon 6 puntos de encuentro en una declaración final.

El servicio a los demás, especialmente a los enfermos, los pobres y los necesitados, es de vital importancia para los cristianos y musulmanes. Además, de servir a los demás con el universal amor de Dios, porque él creó a todos y todo, y se preocupa por su creación con el mismo amor.
El servicio a la humanidad requiere el tratamiento de todos los seres humanos sin discriminación en todo el mundo. Las personas, en todas las comunidades y todas las naciones, deben ser tratadas con un sentido de humanidad, incluido en situaciones de guerra o bajo sanciones internacionales.
Musulmanes y cristianos, con todas las personas de buena voluntad, son llamados a promover los derechos humanos fundamentales para todos, en todo momento y en cualquier lugar. La libertad de conciencia y religiosa es la piedra angular del edificio de los derechos humanos y, por lo tanto, debe perseverarse y promoverse.
Los deberes son inseparables de los derechos. Por lo tanto, cada persona y grupo, al tiempo que defiende sus derechos, debe poder cumplir con sus deberes hacia sus familias, comunidades y sociedades.
La formación de los jóvenes como creyentes sinceros y ciudadanos responsables es de vital importancia para las religiones y los estados por igual. La responsabilidad principal de esta formación de jóvenes recae en las familias; pero tienen el derecho de ser apoyados en su responsabilidad por toda la sociedad.
Un servicio urgente y particular para la humanidad hoy es el cuidado de la creación, teniendo en especial consideración el cambio climático y la crisis climática. Este esfuerzo requiere la colaboración de todos los creyentes y personas de buena voluntad.