“Les transmito el más afectuoso saludo de la ministra de Educación”. Así ha comenzado Fernando Gurrea su intervención en el XXI Congreso de Católicos y Vida Pública, celebrado en la tarde de hoy, 15 de noviembre, en la Universidad San Pablo CEU. Estas palabras han sido una clara referencia a las críticas que durante toda la tarde estaba recibiendo la ministra de Educación, Isabel Celáa, por su posición hacia la escuela concertada, y las ha pronunciado en una mesa redonda que compartía con los representantes de los partidos de la derecha: PP, Vox y Ciudadanos.
De hecho, la representante de Ciudadanos, Marta Martín, incluso ha llegado a afirmar que creía que las palabras de la ministra no solo ponían de rigurosa actualidad la libertad de educación, sino que estaban “perfectamente orquestadas” por el PSOE en una semana en la que se han celebrado este Congreso, cuyo lema es ‘Libertad para educar, libertad para elegir’, y la XV Asamblea de Escuelas Católicas.
“En España todos tienen derecho a la educación”, ha dicho Guerra. “Es cierto que nuestro país, como todos los del mundo, goza de limitaciones”, ha matizado, y, por ello, “los servicios públicos no pueden ser a la carta, tiene que haber un servicio mínimo de organización”. Guerra ha quitado, además, importancia a las palabras de Celáa, subrayando que se “han malinterpretado” las palabras de la ministra. Una confusión que, la representante de Ciudadanos, no existe.
Rabiosa actualidad
“El Estado no puede monopolizar la educación. La libertad de enseñanza conlleva la facultad de libertad de que cualquier español pueda prestar o recibir enseñanza”, ha manifestado Guerra, en consonancia, realmente, con lo que se ha hablado en el Congreso. “Nadie discute el derecho de los padres a escoger la enseñanza religiosa acorde a sus convicciones. El Gobierno no niega los derechos fundamentales, sino que los cumple”, ha recalcado.
“Para nosotros la educación está de rabiosa actualidad todos los días”, ha apuntado Rocío Monasterio, presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid. “La defensa de la libertad de los padres para educar según sus valores debe ser hoy, más que nunca, asegurada”, ha dicho, porque “está amenazada, y no solo por las afirmaciones de ayer de la ministra Celáa”. De hecho, para la de Vox “la idea de la izquierda de la educación es una herramienta para adoctrinar”. No solo con los valores, sino en la lengua, por ejemplo: “los que hoy queman contenedores o atacan a la Guardia Civil en Cataluña son jóvenes adoctrinados”.
Por otra parte, ha asegurado que este “ataque a la libertad de educación lo llevamos viendo muchos años” y, por ello, “de nada nos sirve poder elegir el centro si nos sirven en el menú en todos, si no son capaces de respetar la neutralidad ideológica”. Ejemplo de ello es el “intento de imponer un modelo de la familia, de la sexualidad, que no coincide con las convicciones de muchos padres en España”, como es el caso de “las leyes de la señora Cifuentes con la ideología de género”.
Elegir la educación
Además, Monasterio ha defendido propuestas como el pin parental o cheque escolar, con el cual “los padres pueden elegir el centro que quiera, independientemente de la zona que viva”, siendo siempre “inversamente proporcional a la renta familiar, dando las mismas opciones a todos de acceder a los mejores colegios o a la mejor educación”.
Rocío Albert, representante del PP en la mesa, ha restado importancia a las iniciativas propuestas por Monasterio porque considera que “el pin parental no hace falta porque las familias ya eligen el colegio en libertad”. De esta manera, es “la transparencia, la confianza que transmiten los centros lo que hace que se decanten por unos u otros”. Además, Albert ha subrayado que “independientemente de lo que piensa cada partido piense, el artículo 27 de la Constitución reconoce la posibilidad de elegir la formación religiosa, y sí que se recoge en la constitución la libertad de elección de centro”. Finalmente, ha animado al Partido Socialista a “volver a la racionalidad, porque Podemos”, no presente en el evento, “quiera una escuela laica y pública, no tiene por qué imponérselo al resto de la sociedad”.