A unas horas de empezar su viaje a Tailandia y a seis días de llegar a Tokio, el papa Francisco, como es habitual en él, ha querido dirigirse al pueblo de Japón a través de un vídeo. Y lo ha hecho recordando el lema de su visita, ‘Proteger toda vida’, destacando que “este fuerte instinto, que resuena en nuestro corazón, de defender el valor y la dignidad de toda persona humana, adquiere una importancia particular ante las amenazas a la coexistencia pacífica que hoy día el mundo tiene que enfrentar, especialmente en los conflictos armados”.
“Vuestro país –ha recalcado el Papa– es muy consciente del sufrimiento causado por la guerra. Junto con ustedes, rezo para que el poder destructivo de las armas nucleares no vuelva a desatarse nunca más en la historia humana. Usar armas nucleares es inmoral”.
Fraternidad desde la diversidad
Desde esta certeza, Bergoglio ha reivindicado “lo importante que es esa cultura del diálogo, de la fraternidad, especialmente entre las diferentes tradiciones religiosas, que pueden ayudar a superar la división, promover el respeto por la dignidad humana y avanzar en el desarrollo integral de todos los pueblos”.
“Confío en que mi visita –ha proseguido– los aliente en el camino del respeto mutuo y del encuentro que conduce a una paz segura y que dura en el tiempo, que no vuelve atrás. La paz tiene eso de lindo, que, cuando es real, no retrocede: se la defiende con los dientes”.
Cuidado de la casa común
“También –ha concluido el Pontífice– tendré la oportunidad de apreciar esa gran belleza natural que caracteriza vuestra nación, y expresar el deseo compartido de promover, fortalecer la protección de esa vida que incluye la tierra, nuestra casa común, y que tan lindo vuestra cultura simboliza con los cerezos en flor”.