España

Fabio Baggio, en la Frontera Sur: “Migrantes y refugiados traen consigo riqueza y potencial”

  • El Subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados de la Santa Sede visita la Diócesis de Cádiz y Ceuta
  • “Antes del derecho a migrar –reivindica el sacerdote italiano–, existe el derecho a no tener que migrar”
  • El representante papal ha recorrido la valla fronteriza ceutí con Marruecos y ha visitado su CETI





Fabio Baggio, subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, de la Santa Sede, ha visitado la Diócesis de Cádiz y Ceuta con motivo de las Jornadas de Pastoral de Migraciones. En una entrevista con la web diocesana, ha señalado que su acción se articula en torno a los cuatro verbos que en su día señalara el propio papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar.

Así, defiende que, “cuando hablamos de acoger, lo primero es abrir las puertas. Esto es, canales regulares para que los inmigrantes puedan golpear las puertas y no tengan que tomar otros caminos irregulares, dejándose conducir por mafias y traficantes de seres humanos”. En este sentido, para “proteger”, es esencial poner la primera mirada “en los niños y en las mujeres”, especialmente, “aquellos que son más vulnerables”.

Crecer juntos

Por lo mismo, el “promover” conlleva “poner la mirada en la riqueza y el potencial que migrantes y refugiados traen consigo, lo que puede ayudar a las comunidades locales a crecer juntos”. Finalmente, “integrar no es un proceso unidireccional, sino que se realiza desde el respeto y el dejarse enriquecer con la cultura del otro”.

En este sentido, el sacerdote italiano ha defendido que, “antes del derecho a migrar, existe el derecho a no tener que migrar”. Algo en lo que la “Iglesia está muy comprometida, con proyectos para impulsar el desarrollo en todos los países”, buscando que las personas “puedan quedarse en su hogar”.

Van a seguir emigrando

Con todo, la realidad es que “los migrantes y refugiados van a seguir emigrando”, pues nuestro mundo está marcado “por conflictos, persecuciones y desastres naturales”. Por ello “hay que prepararse”, siempre partiendo de la base de que urge “una condivisión de las responsabilidades entre los países que pueden recibir”.

Frente a la xenofobia, Baggio tiene clara la receta: el convencimiento de que “toda persona es mi hermano y hermana, es Jesucristo mismo, que viene a golpear mi puerta. Como persona vulnerable y necesitada, me está pidiendo ayuda… Y yo se la tengo que dar”.

Identidad cristiana

Algo que no debilita la “identidad cristiana”, sino que la fortalece, “pues esta se ha ido construyendo sobre valores no negociables y que no se pueden cambiar”, pero también se ha ido estructurando en “una cultura, la nuestra, que se ha ido conformando durante siglos”, enriqueciéndose desde el principio “con la llegada de elementos nuevos” que nos “han ayudado a ver las cosas” desde otro punto de vista. De ahí que no haya que olvidar “que la identidad se construye todos los días” ni que va “mudando” gracias a “las relaciones que vamos construyendo”.

Baggio reconoce que está aquí “por mandato de Francisco, quien, al no poder visitar todas las fronteras, nos pidió al cardenal Czerny [presidente del dicasterio] y a mí que las conozcamos en su nombre”. En este sentido, valora la presencia de la Iglesia en Ceuta como un testimonio “maravilloso”, encarnado fielmente “los cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”.

Implicación de las comunidades locales

Así, alaba especialmente el impulso de las comunidades locales, que inciden mucho “en la integración, pues no son solo los migrantes los que se integran”, sino que ellos mismos han de adaptarse a la nueva situación.

Como detalla la web diocesana, “Baggio ha podido ver el trabajo que se realiza con los migrantes tanto en el Centro Tartessos y en la Fundación Centro Tierra de Todos, en Cádiz, como en el Campo de Gibraltar y en Ceuta, donde acudió junto al obispo diocesano, Rafael Zornoza, y el director del Secretariado de Migraciones, Gabriel Delgado, para tener un encuentro con niños migrantes y mujeres musulmanas del Centro San Antonio, recorrer la valla fronteriza y visitar el CETI y el Santuario Virgen de África”.

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