“Ve, da fruto y quédate. Este es el llamado al que uno no puede escapar cuando se encuentra con el Señor y es conquistado por su Evangelio”. Un llamado en el que, fácilmente, se puede inscribir, tal como ha dicho Francisco, la historia de evangelización parroquial. Así ha hablado el Papa a las Células Parroquiales de Evangelización, a quienes ha recibido en audiencia hoy, 18 de noviembre, con motivo del 30 aniversario de fundación.
“La fecundidad de su compromiso se refleja en la multiplicación de células que ahora están presentes en muchas partes del mundo”, ha dicho Francisco, animando a estos grupos a no cansarse nunca “de seguir los caminos que el Espíritu del Señor resucitado pone ante ustedes”. Asimismo, les ha exhortado a “no tener miedo a lo nuevo”, así como a no dejar que las “dificultades propias del camino” frenen sus pasos.
“Cuando uno es un discípulo misionero, ¡el entusiasmo nunca puede fallar! En el esfuerzo, apoye la oración dirigida al Espíritu Santo que es el Consolador; en la debilidad, sientes la fuerza de la comunidad que nunca te permite quedarte solo”, ha señalado el Papa.
Dar testimonio
Por otra parte, Francisco ha señalado que, a menudo, las parroquias “están invadidas por muchas iniciativas” que, sin embargo, no tienen un “impacto profundo en la vida de las personas”. Por eso, ha subrayado que estos grupos también tienen “la tarea de revivir, especialmente en este momento, la vida de nuestras comunidades parroquiales”. Algo que será posible solo en medida en la que ” se conviertan en un lugar para escuchar la Palabra de Dios y celebrar el misterio de su muerte y resurrección. Solo desde aquí podemos pensar que la obra de evangelización se vuelve efectiva y fructífera, capaz de dar fruto”.
“Desafortunadamente, por muchas razones, muchos se han alejado de nuestras parroquias”, ha continuado Francisco. Por eso, ahora mismo es “urgente que recuperemos la necesidad de que el encuentro llegue a las personas donde viven y trabajan”. Para ello, es “crucial que compartamos” con otros la experiencia de Cristo, ya que este es el “principal a la evangelización”. “No lo olvidéis”, ha subrayado: “cada vez que conoces a alguien, juegas un papel real que puede cambiar la vida de una persona. Y esto no es hacer proselitismo, es dar testimonio”.