El Papa ha recibido hoy, 18 de noviembre, en el Vaticano, a los participantes en el Encuentro del Instituto Interreligioso de Argentina, un momento que ha aprovechado para animar a fomentar el diálogo interreligioso como parte de la cultura del encuentro. “Es fundamental la cooperación interreligiosa, basada en la promoción de un diálogo sincero, respetuoso, que va hacia la unidad sin confundir, manteniendo las identidades”, ha señalado. Pero esta, como ha matizado Francisco, debe ser “una unidad que trasciende el mero pacto político”.
“El mundo nos observa a nosotros, los creyentes, para comprobar cuál es nuestra actitud ante la casa común y ante los derechos humanos”, ha asegurado. “Además nos pide que colaboremos entre nosotros y con los hombres y mujeres de buena voluntad, que no profesan ninguna religión”, ha añadido, “para que demos respuestas efectivas a tantas plagas de nuestro mundo, como la guerra, el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, la corrupción y el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía y, sobre todo, la falta de esperanza”.
Haciendo referencia al documento ‘Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común’, firmado en Abu Dhabi el 4 de febrero pasado y que será el punto de referencia central del encuentro, ha recalcado que la intención de este texto es la de adoptar “la cultura del diálogo como vía; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio”. Con él, de ahora en adelante se puede afirmar que “las religiones no son un sistema cerrado que no se puede cambiar, sino que tienen con su propia identidad”.
“Es importante demostrar que los creyentes somos un factor de paz para las sociedades humanas y así responderemos a quienes injustamente acusan a las religiones de fomentar odio y ser causa de violencia”, ha recalcado Francisco. Y es que, “en el mundo precario de hoy, el diálogo entre las religiones no es un signo de debilidad“, sino que “encuentra su propia razón de ser en el diálogo de Dios con la humanidad”.
Sin embargo, el Papa ha afirmado que es necesario dejar atrás algunas “actitudes históricas”. “Me viene como símbolo una escena de la Chanson de Roland, cuando los cristianos vencen a los musulmanes y los ponen todos en fila delante de la pila bautismal, y uno con una espada. Y los musulmanes tenían que elegir entre el bautismo o la espada”. Esta es una mentalidad que “hoy no podemos aceptar, ni comprender, ni puede funcionar más”. Por eso, Francisco ha llamado a los presentes a “cuidarse” ante los grupos integristas, ya que cada religión “tiene lo suyo”. “El integrismo es una peste y todas las religiones tienen algún primo hermano integrista ahí, que se agrupa”.