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El cardenal Raï denuncia que Líbano “se está hundiendo”

  • Bendice las protestas que han acabado con Hariri, pero reclama conformar ya un nuevo Gobierno
  • El patriarca destaca que las manifestaciones estén lideradas por jóvenes, con un papel clave de las mujeres





Como en muchos otros países de todo el mundo, en Líbano, las calles están tomadas por miles de ciudadanos que protestan al considerarse víctimas de la “corrupción” del Gobierno. Tras iniciarse las protestas hace un mes, a la semana ya cayó el primer ministro, Saad Hariri, comprometiéndose el presidente de la República, Michel Aoun, a conformar un Ejecutivo de carácter “técnico”.

Pese a las promesas, aún no hay nuevo Gobierno y la vida pública se encuentra paralizada. Así lo denuncia el cardenal Bechara Boutros Raï, quien también es el patriarca de Antioquía y metropolitano de la Iglesia católica maronita. “Las posiciones –lamentó en su homilía dominical del pasado 17 de noviembre, difundida por Asia News– se han mantenido igual”, siendo la principal consecuencia, ante el riesgo claro de un “colapso económico y financiero”, que “el barco de la patria se está hundiendo”.

Un gran crimen

Y es que, como percibe, todos los libaneses están siendo testigos del “gran crimen” que se estaría perpetrando “contra la patria y sus ciudadanos. Es una traición que empobrece a la gente y desmantela el Estado”.

Con todo, el purpurado apeló al optimismo y defendió que la mecha de la concienciación ciudadana se ha encendido para no volver a apagarse, siendo clave que los protagonistas de las reivindicaciones callejeras sean “jóvenes”, teniendo un papel especial “mujeres”. Así, los artífices de este “levantamiento pacífico” enfatizan la necesidad de “la unidad”, guiados siempre “bajo una sola bandera”, sin que las diferencias ideológicas, culturales o religiosas supongan un motivo para la discordia.

A la altura del pueblo

A juicio de Raï, lo que corresponde a la clase política es estar a la altura de su pueblo y no retrasar más la creación de un nuevo Gobierno. Un Ejecutivo, eso sí, en el que sus integrantes deben estar “libres de intereses” y no anteponer las “facciones” al bien común.

Del 11 al 15 de noviembre, se ha celebrado, en la sede del Patriarcado Maronita de Bkerké, la 53ª asamblea ordinaria del Consejo de Patriarcas y Obispos Católicos de Líbano. Sumándose al apoyo del cardenal Raï a las manifestaciones, los pastores bendijeron lo que a su juicio es “una revuelta histórica”, superándose en buena parte la idea de la “pertenencia sectaria y partidista” en beneficio de una auténtica “identidad nacional”.

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