El rector de la Universidad Pontificia Comillas, Julio Martínez, ha reivindicado esta mañana “el criterio del bien común” como eje para promover “una sociedad plural de ciudadanos libres e iguales”. Así lo ha defendido durante la presentación de la 26 edición del Informe España, promovido por la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro, que permite analizar la evolución en España en el último cuarto de siglo.
Con el informe sobre la mesa, Martínez apeló a promover la integridad en la sociedad en un triple sentido: una política púbica ética, coherencia entre lo que se diga y lo que se haga, y la lealtad al marco común constitucional que rige a diversos pueblos y culturas”. “El principio democrático es ciego”, apostilló.
Ruido político
Al referirse a la Carta Magna, el jesuita se hizo eco de la tormenta desatada después de que la ministra de Educación, Isabel Celaá, sobre la libertad de enseñanza. Así, Martínez lamentó que “la libertad de elección de centros en estos días haya hecho tanto ruido”.
“Consustancial al bien común es la subsidiariedad”, expresó al hilo de esta cuestión, a la vez que subrayó cómo “las organizaciones de la sociedad civil y del mundo profesional” colaboran de forma significativa más allá de la titularidad estatal. Es más, defendió cómo “la subsidiariedad de cuño católico” supone una contribución social indispensable de tal manera que se evite un “control por parte del Estado de todos los recovecos de la sociedad” que en el extremo puede derivar en el totalitarismo.
El clamor de la tierra y los pobres
Al iniciar su alocución, el rector comparó el compromiso social de José María Martín Patino con el de los mártires de la UCA. A todos ellos, los presentó como referentes para marcar “la hoja de ruta” actual de Comillas desde el compromiso con la agenda 2030 y de la ecología integral, que lleve a “escuchar el clamor de la tierra y el clamor de los pobres”.
“Si nos duelen las condiciones de vida de mucha gente que no tiene los suficientes mínimos vitales, querremos poner lo mejor de nosotros en juego”, señaló frente a la tentación de vivir en “torres de marfil”.
Riesgo de ruptura social
“Todos estamos llamados a incidir en la vida de la ‘polis’”, reivindicó el rector de Comillas, que alertó del peligro de una “ruptura” social. Así, apeló al “diálogo para recuperar consensos, acuerdos, una sociedad justa y con memoria”.
Tras la intervención de Martínez, tomó la palabra Agustín Blanco, director de la Cátedra José María Martín Patino, que expuso los ejes principales del Informe España, entre los que destacan la pobreza energética, la globalización, la digitalización y el progreso social.
El avance de los populismos
En un análisis de las coordenadas en las se mueve el estudio, Blanco alertó del auge en nuestro país de los populismos de derechas y de izquierdas que se sirven de proclamas “simplistas y maniqueas” que a menudo echan mano de “la dialéctica de los followers y los haters” impregnadas de extremismo.
“Podemos felicitarnos porque el universo distópico de Ritley Scott en Blade Runner no se haya cumplido”, comentó, para destacar a continuación que “no vivimos con la tecnología, vivimos en la tecnología”.
Entre las investigaciones que se incluyen como novedad en el Informe, puso en valor la radiografía del acoso sexual en España, que no solo se aborda desde la perspectiva de la mujer sino también desde el colectivo LGTBI. Blanco defendió este estudio que realiza una aproximación conceptual y teórica de esta lacra “con el convencimiento de una sociedad justa y digna es incompatible con la vulneración de los derechos más básicos”. Desde ahí, defendió “una educación sexual para alcanzar una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias”.
La devastadora pobreza energética
Durante la presentación del Informe España, también intervino Juan Francisco Juliá, responsable del capítulo sobre el contexto universitario español. Tras congratularse de que “tenemos la mayor tasa de acceso universitario de nuestra historia”, expresó que “podemos estar razonablemente satisfechos del desempeño de la universidad española, pero no conformados”.
Efraim Centeno, en nombre de los autores que han realizado el estudio sobre pobreza enérgética, advirtió de que “más de cuatro millones de personas pasan frío en sus casas en invierno”. Así, comentó cómo, aunque “medir la pobreza energético es complejo”, es una realidad que no se puede ignorar en tanto que tiene un “efecto devastador sobre la dignidad de la persona y sus oportunidades futuras”. Entre las soluciones posibles para paliar este problema, llamó a tomar medidas a corto y medio plazo para “evitar que se cronifique el problema, por ejemplo, a través de los subsidios”.