Coincidiendo con la llegada del papa Francisco a Bangkok, primera etapa de este cuarto viaje por Asia que continuará a partir del sábado en Japón, el Vaticano ha publicado este miércoles un video mensaje que el Pontífice envía a los participantes en la Jornada de la Juventud organizada ayer y hoy por las diócesis de la zona norte de Vietnam en la basílica menor de Phú Nhai, situada en la localidad de Bùi Chu.
“Sois afortunados por haber nacido en una Iglesia heroica, rica de testimonios luminosos”, dice Jorge Mario Bergoglio en su mensaje, refiriéndose a los mártires vietnamitas. “Pienso en vuestros abuelos y padres que han sufrido por la guerra, perdiendo casi todo excepto su fe, que os han transmitido como la herencia más preciosa”, agregó.
Pequeña minoría
Tras presentar a la Iglesia “como una casa”, animó a los participantes en el encuentro a encontrar en la comunidad cristiana un lugar de donde sacar “fuerza e inspiración” para la fe, formar la “conciencia de la dignidad” y “encontrar cada uno el camino de la vida según la llamada de Dios”.
El Papa subrayó que la fe católica prendió en Vietnam gracias al testimonio de misioneros “generosos y entusiastas” y pidió a los católicos de este país del sureste asiático que no se olviden de que son “una minoría entre vuestra gente” mientras que hay “una mayoría que tiene el derecho y está esperando escuchar el anuncio del Evangelio”.
Fieles a la propia identidad
Para responder a esta tarea, el Papa propuso ofrecer un testimonio marcado por tres características: honestidad, responsabilidad y optimismo, que deben estar acompañadas por el discernimiento. “En una sociedad mundial guiada por el materialismo es difícil ser fiel a la propia identidad y a la propia fe religiosa sin la capacidad del discernimiento”, dijo Francisco, que consideró que esta situación se produce “en todas las ciudades y en todos los países del mundo”.
Más adelante, reconoció que la honestidad pueda causar “desventajas” y que el sentido de la responsabilidad lleve al “malestar y exija sacrificios”. También es posible que el optimismo parece “extraño” frente a la “realidad corrupta de esta sociedad mundial”. Pero son precisamente estos tres valores los que “necesita vuestra sociedad y vuestra Iglesia”. Con ellos en los jóvenes del país brillará la “bella identidad católica” y se harán “más patrióticos, más vietnamitas”.