Con motivo del 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Francisco Franco, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha remitido una carta a todas las diócesis españolas “pidiendo que no se celebren las misas católicas de exaltación del dictador Francisco Franco”, según ha confirmado su presidente Emilio Silva Barrera.
En su misiva a los prelados reclaman que la “Conferencia Episcopal impida las misas católicas que homenajean al dictador Francisco Franco” y añaden que “ya es hora de que le retiren el palio al dictador” con motivo de la Asamblea a Plenaria que los obispos celebran en estos días.
Al cumplirse 44 años de la muerte de Franco, señalan en su texto que las eucaristías convocadas en este aniversario son “actos de exaltación de una dictadura que causó enormes daños a la sociedad española, que asesino a miles de civiles que siguen todavía desaparecidos en fosas y cunetas”. Añaden, además en el texto remitido a los obispos y arzobispos, que “reprimió duramente a los homosexuales, para los que creo un campo de concentración, y a las lesbianas que eran internadas en centros psiquiátricos para ser tratadas con electroshocks. El franquismo impidió a millones de personas ejercer sus libertades mínimas y las obligo exiliarse, a esconderse y a dejar de ser quiénes eran”.
Ante estos hechos, reclaman “que es hora de que la Iglesia Católica, tan bien cuidada por los distintos gobiernos de la democracia, debe retirar el palio con el que todavía cubre de honores la memoria de un sanguinario dictador”. Citando las “Orientaciones morales ante la situación actual de España” (2006) del propio episcopado, reclaman que no puede “utilizarse el pasado como agravio”.
Por ello, reclaman que “esas misas de exaltación de un dictador suponen un ataque a los valores democráticos y una enorme falta de respeto a las víctimas de la dictadura y a familias que después de tantos años siguen buscando a sus seres queridos. Enaltecer desde los altares a un general golpista con una sangrienta biografía es contrario a cualquier precepto cristiano”.
Finalmente, reclaman que los obispos “reconozcan públicamente el error que supuso que los responsables de la Iglesia Católica formarán parte del aparato de la dictadura franquista” y que “trabajen cómo debe hacer cualquier organización en una democracia por la defensa de los derechos humanos; y por lo tanto, por ayudar a las familias de sus víctimas y reparar el daño”.