El vicario episcopal de la archidiócesis de Madrid para la cuestión social, José Luis Segovia, ha denunciado la precariedad que viven algunos niños con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Infancia propuesto por la ONU. El sacerdote ha apuntado hacia el Gobierno, la autoridades regionales y las municipales como responsables de la inacción ante la problemática de los niños sin hogar.
Situación “impresentable”
“Es impresentable que en el Día de los Derechos de la Infancia el Gobierno Español, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid dejen a niños durmiendo bajo la lluvia”, ha criticado. A su ves ha recordado que ante esta lacra tiene que “intervenir la Iglesia y la solidaridad ciudadana para evitar que se pateen su dignidad y derechos”.
En declaraciones a Vida Nueva, el sacerdote ha señalado que estos últimos días están siendo “muy complicados” porque los recursos, en un momento de bajas temperaturas, están quedándose muy reducidos. Ha confirmado que la pasada noche, templos y distintos centros pastorales de la Iglesia han acogido “más de 60 personas y, un tercio de estar, eran niños”. Algo que se había conseguido erradicar. La diócesis de Madrid, en un comunicado al final del día, advierte que el problema, “además, se puede agravar en la campaña de frío cuando en la calle coinciden personas sin hogar, personas desplazadas forzosamente y personas que padecen desahucios”.
“Por primera vez en lustros hay niños durmiendo en la calle en Madrid”, advierte, a la vez que recuerda que las diferentes autoridades habían prometido 1.300 plazas nuevas de acogida. Mientras, las familias están siendo alojadas en los pasillos y rincones de algunas estructuras eclesiales con un amplio sentido de provisionalidad.
“Todos somos responsables”
“Ya se había conseguido que no hubiera niños”, lamenta Segovia, quien confiesa que esta situación “es un escándalo mayúsculo para la propia Iglesia, la sociedad entera y las administraciones que tienen la capacidad que poner a disposición los recursos necesarios con sus medidas”.
Más allá de los número, el vicario hace una llamada a la previsión de las autoridades ya que “se han resuelto algunas cosas a última hora por la presión” de voces como las de la Iglesia. Más allá de la acción inmediata, recuerda que “todos somos corresponsables” y denuncia que nos “estamos empezando a acostumbrar” a ver niños dormir en la calle.