Atrás queda la homilía de exaltación a Franco del cura Ramón Tejero –hijo del general– durante la inhumación, en la que le agradecía su “defensa de la fe”, por la que “había sido perseguido vivo y muerto”. El sacerdote de la parroquia de la Inmaculada Concepción de El Pardo, José María Peguero, ha celebrado la misa por el eterno descanso del dictador sin ni siquiera nombrarle. Eso sí, antes de concluir la celebración, el cura que le acompañaba concluyó la eucaristía con una escueta referencia: “Francisco Franco, que murió en paz”.
De esta manera se desarrolló la misa solicitada por la familia en la parroquia más cercana al cementerio de Mingorrubio, a donde este año se ha mudado la tradicional celebración de la madrileña parroquia de San Francisco de Borja, puesto que los jesuitas, encargados de la misma, se negaron en esta ocasión a celebrarla debido a los cánticos franquistas y las banderas preconstitucionales mostradas el pasado año.
El centenar de personas que se congregaron en la iglesia salieron con rostro cabizbajo. El padre José María no es Tejero y se dedicó a oficiar una misa como la de cualquier otro miércoles a las 19:00 horas. Sin mención explícita ni implícita al dictador. Luis Utrera, el abogado de los Franco, era uno de los principales indignados: “¿Pero este qué se cree? No hemos venido aquí a oírle a él”, comentaba al término de la misa con algunos asistentes, según pública El Mundo. Y es que, quizá, la celebración eucarística era lo de menos…
Aunque dentro del templo han querido entonar el ‘Cara al sol’, no consiguieron hacer coro. Y a las puertas del templo, al encontrarse con los periodistas, algunos indignados han proferido varios insultos: “Terroristas”, “buitres”, “marranos”, “desgraciados” o “mercenarios”.
El primer 20 de noviembre con los restos del dictador en un nuevo camposanto ha transcurrido sin importantes altercados. Por toda la geografía española se han celebrado al menos 16 sufragios por el dictador, dos menos que el año anterior, según la Fundación Francisco Franco, que ha denunciado varias negativas a acoger las celebraciones.